Agentes de la Policía Nacional ha detenido a cuatro personas acusadas de un delito contra el patrimonio histórico tras apropiarse indebidamente de un tesorillo compuesto por 90 monedas del Imperio Romano, concretamente áureos, de gran valor histórico y económico. Según varios expertos relacionados con la numismática, la venta de las monedas de forma individual daría un beneficio aproximado de 237.000 euros, aunque su comercialización como conjunto único podría haber alcanzado el medio millón de euros.

La investigación comenzó hace unos meses, cuando fueron detectadas en una conocida sala de subastas de Madrid. Las gestiones policiales revelaron que las monedas habían sido depositadas por dos personas naturales de la provincia de Cáceres, quienes no tenían ninguna relación con el mundo de la numismática ni eran coleccionistas de este tipo de objetos, pero que tenían presencia activa en redes sociales a través de grupos de detectoristas de metales.

Once de las monedas subastadas fueron objeto de contrabando, exportadas a Alemania, Bulgaria y Portugal sin los preceptivos permisos de exportación exigidos por la legislación y que emite el Ministerio de Cultura y Deporte. Tras complicadas gestiones e indagaciones, los agentes consiguieron recuperar diez de ellas, estando pendiente la restitución de un áureo que fue vendido a Portugal, por lo que se ha solicitado al Juzgado que entiende de la investigación una Orden Europea de Investigación.

Una vez recuperados los áureos, las gestiones policiales se centraron en obtener toda la información relativa a los investigados con el fin de poder llegar a determinar el lugar del que habían sido extraídos. Estas pesquisas permitieron establecer las coordenadas, que corresponden a un lugar catalogado en la carta arqueológica de la Junta de Extremadura.

A principios del pasado mes de junio se llevó a cabo la entrada y registro en los domicilios de dos de los investigados, en la provincia de Cáceres, interviniendo en el transcurso de los mismos dos detectores de metales, alguna moneda y objetos antiguos, además de abundante documentación relacionada con la investigación. Se procedió a la detención de los dos implicados por un delito contra el patrimonio histórico y otro de apropiación indebida. Unos días más tarde, se llevó a cabo la detención del responsable de la sala donde de subastaron las monedas y de un socio.  Al primero se le imputaron los delitos de receptación y contrabando y, al segundo, un delito de receptación.

Las monedas fueron depositadas en el Museo Arqueológico Nacional, que, de forma paralela a las investigaciones, realizó un estudio pormenorizado de cada una de ellas.  Este estudio determinó que las 90 monedas recuperadas son originales, todas áureos romanos de época imperial y pertenecientes a emisiones de los emperadores Nerón, Galba, Vespasiano, Tito, Trajano, Adriano, Antonino Pío, Marco Aurelio, Lucio Vero, Didio Juliano, Heliogábalo y Alejandro Severo. Las más antiguas fueron acuñadas en los años 64 y 65 después de Cristo, mientras que la más reciente es del año 231, y todas ellas presentan altísimos contenidos de oro, muy próximos al 100%.

Del total de las monedas, 81 fueron acuñadas en Roma y cinco en Lugdunum, la actual ciudad francesa de Lyon. El análisis físico ha permitido concluir que han estado enterradas en contacto íntimo y prolongado con algún objeto fabricado en cobre, lo que resulta compatible con haber estado depositados en algún tipo de recipiente metálico, una forma habitual de atesorar monedas. Otros análisis más precisos permiten afirmar su origen arqueológico reciente, es decir, que han sido extraídas hace poco tiempo.

 

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