Cerca de 1.500 extremeños con enfermedad renal crónica reciben tratamiento renal sustitutivo en sus diferentes modalidades, un 55 por ciento más que a principios de este siglo, según el último informe elaborado con los datos del registro de enfermos renales, que analiza la información sobre este tipo de pacientes desde su creación, en 2002, hasta finales del año 2019.

En Extremadura, cada año inician tratamiento renal sustitutivo una media de 135 personas, lo que supone una tasa media anual de 124 casos por cada millón de habitantes, ligeramente inferior a la tasa media en España que se sitúa en 130 casos por cada millón de habitantes, según los datos del registro nacional gestionado por la Organización Nacional de Trasplantes al que comunican sus datos todas las comunidades.

A pesar de que la incidencia anual se mantiene estable durante los 18 años que abarca el informe, con una media de 135 pacientes que inician tratamiento anualmente, la cifra total de personas que reciben este tipo de tratamientos aumenta cada año, pasando de las 947 registradas en 2002 hasta 1.487 durante el año 2019.

“El aumento de las prevalencias –número total de personas que reciben tratamiento renal sustitutivo durante un año–con una incidencia que se mantiene estable, pone de manifiesto un aumento de la supervivencia de los pacientes año tras año”, se explica en el informe, elaborado con los datos recogidos mediante el Sistema de información de enfermos renales en tratamiento renal sustitutivo de Extremadura.

Actualmente en Extremadura la gran mayoría de los pacientes, el 91 %, inician su tratamiento sustitutivo en la modalidad de hemodiálisis, mientras que el resto, el 9 %, lo hace en la modalidad de diálisis peritoneal.

El número total de pacientes en tratamiento renal sustitutivo en Extremadura a lo largo de 2019 ascendía a 1.487 personas, de los que 923 eran mujeres (62%) y 564 hombres (38%).

A lo largo de ese año fallecieron 117 pacientes y otros 12 salieron del registro por distintas causas, por lo que a 31 de diciembre de 2019 eran 1.358 personas las sometidas a tratamiento, lo que supone una tasa de 1,272 casos por millón de habitantes, por debajo de la tasa nacional en esa fecha que era de 1.367 casos por millón de habitantes.

Entre estos 1.487 pacientes de 2019, la media de años en tratamiento era de 9,42. De ellos, 166 estaban en su primer año en tratamiento sustitutivo, mientras que en el polo opuesto se encontraban 68 pacientes que llevaban 30 o más años, uno de ellos con 44 años en tratamiento.

Una de las claves de la mejora de la supervivencia probablemente está en el aumento de la proporción de pacientes trasplantados, que se ha incrementado en un 97 por ciento desde el inicio del período estudiado.

Mientras que en 2002 tan sólo había 346 pacientes trasplantados entre los 947 que recibían algún tratamiento renal sustitutivo (36’5%), en 2019 eran ya 681, un 45’8 % del total.

Entre las 681 personas que vivían con un riñón trasplantado en 2019, el tiempo medio que llevaban con el trasplante era de 9’7 años, si bien hay pacientes que llevan más de 30 años trasplantados, y hay un caso que alcanzaba los 40 años de supervivencia tras el trasplante. Durante 2019 se realizaron trasplantes a 40 pacientes extremeños, 39 de ellos en el hospital Universitario de Badajoz.

Los restantes 806 pacientes registrados en 2019 necesitaron de diálisis, 760 de ellos en hemodiálisis (51,1 % del total) y 46 en diálisis peritoneal (3,1 %).

El informe incluye datos sobre la evolución positiva de la letalidad –mortalidad— entre los pacientes que reciben tratamiento renal sustitutivo, que a principios del período estudiado superaba el 10 por ciento, con un pico del 12’1 % en 2005, y en estos últimos años ronda el 7 por ciento, con un 7’9 % en 2019.

De forma general, y salvo excepciones en casos concretos, la mejor forma de sustituir la función de un riñón dañado es mediante el trasplante renal, es decir, la implantación de un riñón en buen estado procedente de un donante.

Sin embargo, no todos los pacientes en situación de fallo de la función renal pueden ser trasplantados, lo que obliga a utilizar otro tipo de tratamiento conocido genéricamente como “diálisis”, de la que existen varios tipos que se agrupan en dos, la hemodiálisis y la diálisis peritoneal, unas técnicas que permiten a estas personas llevar una vida relativamente normal.

El Sistema de información de enfermos renales en tratamiento renal sustitutivo de la Comunidad Autónoma de Extremadura se puso en marcha el año 2002, y desde entonces publica informes anuales en los que se presentan los datos sobre los pacientes que sufren de insuficiencia renal crónica y precisan de algún tipo de tratamiento para sustituir la función de sus riñones enfermos.