(Hacia una ecología de la atención).

Por fin llegan las “oportunidades únicas” para salir del atraso secular de una región ruralizada, Extremadura, que solo con grandes inversores mundiales puede acceder a lo que nos falta obtener para un futuro mejor:  el proyecto Elysium City, la “gran ciudad del futuro”, la primera ciudad inteligente de España. Un proyecto definido por la Junta de Extremadura, sin embargo, como de Grandes Instalaciones No Industriales (de Ocio) a desarrollar en el municipio de Castilblanco, que, por supuesto, va a socorrer -salvar- a la economía regional definitivamente, por si no se llega a conseguir en base a macrofotovoltaicas y macrominas a cielo abierto.

¿Qué quiere decir salvar? ¿Qué quiere decir hacer que un macroproyecto de ocio resulte más aceptable, si cabe, en la actual situación? Pues ofrecerlo para encontrar miles de empleos dignos, y por supuesto para frenar el despoblamiento, a fin de llamar la atención de la juventud para que no tengan que emigrar de la región. Y no por arte de magia, sino porque se trata de un proyecto que, por fin, va a incorporar a una región europea empobrecida en el futuro gracias a los mayores avances tecnológicos, digitales y de sostenibilidad que una ciudad del siglo XXI quisiera tener. La ciudad futurista.

Porque efectivamente se trata de construir una nueva ciudad, pero de una sola actividad: El juego y la prostitución (así se desprende de la calificación dada como el Eurovegas extremeño), el escapismo a tanta miseria y pandemia civilizatoria, en uno de los enclaves interiores de la península más paradisiacos; millones de personas llegaran todos los años al lugar privilegiado que se les promete durable. Prometen que acogerá cada año a cuatro veces la población extremeña. Y esto hay que aprovecharlo para demostrar a toda Europa de lo que somos capaces para repoblar una zona deprimida demográficamente que incluso su propia denominación comarcal de “Siberia extremeña” no deja dudas al respecto (no quiero dar datos ni porcentajes comparativos para ello, pero otra cosa seria renómbrala como Montes del Guadiana, situándola en su verdadera potencialidad y enganche territorial).

En la orilla del pantano de Garcia Sola, igual que lo fue antaño, en la casi isla del pantano de Valdecañas a punto de demolición y restauración integral, se traslada un proyecto californiano llave en mano a un lugar que ya fue seleccionado, con menos pretensiones, en la misma época que el Marbella extremeño (el Marina Valdecañas).  Como si no hubiéramos aprendido nada después de 14 años, ya no se reclasifica mediante el procedimiento de PIR, Proyecto de Interés Regional, ahora, la suficiencia jurídica la establece una nueva normativa, la LEGIO (ley Extremeña de Grandes Instalaciones de Ocio), que otorga reducciones de impuestos y descuentos en las tasas de juegos y casinos como fundamento, esta vez sí, no anticonstitucional. De esta manera proclaman apoyar “el ocio familiar” y el “tiempo libre”.

¿Qué se espera en esta ocasión? Un nuevo espejismo de grandes inversores mundiales como modelos de desarrollo que, por fin, traen una globalización inteligente, es decir que atraen a un capitalismo inclusivo o a un crecimiento 2.0, aunque nadie sepa de que estamos hablando. Por esto es preciso señalar lo que el proyecto trae consigo y al cual le hemos dado “cancha jurídica “en la región para ello.

La pretensión es lunática, porque primeramente sitúa la construcción en un no lugar, es decir en un territorio real pero inaccesible, al sureste de Badajoz, al cual no se puede llegar ni por tren, ni por autovía ni aeropuerto. ¿La solución?, Construir un   nuevo AVE desde una estación inexistente, la de Talavera de la Reina, la cual llevará al menos 20 años que pueda estar operativa dado que, justo ahora, acaba de presentarse el proyecto de tren de altas prestaciones Oropesa-Toledo. Desde luego es un insulto mental a cualquier habitante extremeño, aun sin estar disponible la primera línea electrificada en Extremadura, Plasencia-Badajoz.  ¿Y por aire? Pues no crean que el aeropuerto fantasma de Ciudad Real no se ha planteado, pero en todo caso apuestan por   uno nuevo privado que podría desarrollarse en Navalcarnero (a 50 km de Barajas). ¿Y en coche?  La nueva autopista se la dejan a la propia Administración que la sufrague y construya. Y a todo esto lo denominan tener resuelto el problema de comunicación. ¿Con que mapas unos y otros pretenden engañar? Quizá con los que la cultura Disney nos tiene colonizados mentalmente.

Pero veamos la propuesta de contenidos de esta nueva ciudad del juego y el entretenimiento: Y aquí la imaginación sube de nivel a medida que se concreta el proyecto. Para más credibilidad lo presentan en varias fases. En la primera hay 4 hoteles-casino, un parque acuático, y otro de aventuras, una marina que emula la de Valdecañas, 2.000 viviendas, un campo de golf en espacio protegido…una noria gigante, helipuerto, un campo de futbol con capacidad para que quepa la población de Mérida, recinto para conciertos, islas flotantes, centro ecuestre…y en la segunda fase hasta un circuito de formula uno. Por supuesto, para cuando todo esto se construya, entrará en funcionamiento una planta de energía solar. ¿Empleos? Pongan ustedes los que imaginen y se quedaran cortos. ¿Financiación? De poco servirá si no tienen capital para la construcción de todas las infraestructuras que hagan posible la llegada de más de cuatro millones y medio de turistas.

Este gigantesco Elysium no es por tanto la palabra paraíso del griego antiguo que los promotores publicitan (sol, agua y naturaleza), es más bien un engendro de ciencia ficción, como muestra una película con dicho nombre (EEUU, 2013) ambientada en un futuro lejano de colapso planetario, pero en el cual viven unos superricos aislados y por tanto protegidos en un hábitat espacial nuevo denominado “Elysium”.

Allí tienen de todo para sobrevivir, no narrándose cuentos bocaccianos, sino tratando de utilizar sus privilegios para sanar al resto de la humanidad. Desde que Bocaccio (Florencia, 1313-1375) diera como bueno, en la narración “El Decameron” que ante los desastres pandémicos solo los listos logran ser felices cuando se aíslan para pasar el rato, la película americana consigue demostrarnos que solo Elysium podrá salvar a los seres humanos de una Tierra arruinada por el cambio climático y enfermedades víricas acumuladas. Igual que en la futura propuesta extremeña, esa ciudad espacial nueva está construida por una gran corporación privada, con inversores financieros ocultos que poseen el beneplácito general. No les cuento el desarrollo de la trama, pero ya se imaginen que la tierra consigue terminar con el monopolio a la vez que permiten que los terricolas sean también ciudadanos de Elysium.

¿Dar alas jurídicas, expresamente, a tal despropósito empresarial no nos va a volver a costar dinero a todos los extremeños como ya sucede con Valdecañas? ¿Tan desesperados estamos con el sambenito de región atrasada? Reclamamos una Asamblea Ciudadana en Extremadura antes de que no quede nadie para conformarla.