El grupo operativo llamado Fitoscerezo está analizando y evaluando sus resultados con las primeras cerezas de la temporada, ya que esta campaña servirá para obtener las primeras conclusiones de la estrategia fitosanitaria aplicada en el cultivo sostenible de cerezas. En estos días se están tomando las primeras muestras del fruto, para poder así analizar los residuos fitosanitarios y su efecto en el ecosistema, y poder evaluar el la eficacia, el coste y beneficios del trabajo aplicado.

El proyecto es una propuesta innovadora y de interés nacional que persigue la creación y ejecución de una acción común entre actores independientes de varias comunida­des autónomas de España en cuanto al control de plagas en la producción de cerezas de forma más ecológica y sostenible. Este grupo contiene nuevos planes de acción cuyo objetivo es obtener un programa de control integrado de plagas y enfermedades, que sea ambientalmente sostenible en el cultivo del cerezo en Extremadura y Aragón.

Para lograr ese objetivo han comenzado a analizar residuos en muestras de cerezas de la Agrupación de Cooperativas Valle del Jerte (ACVJ) y de parcelas de la Asociación de Empresarios Agrícolas de la Margen Derecha del Ebro (AEAMDE) en distintos grados de maduración. En este momento corresponde comprobar la reducción de los residuos químicos sobre las cerezas a co­mercializar y su reducido efecto sobre la biodiversidad ambiental. Para ello el INIA, Instituto Nacio­nal de Investigaciones Agrarias, está valorando el efecto beneficioso que está teniendo el nuevo programa sobre la biodiversidad de artrópodos beneficiosos no objetivo, así como la biodiversidad de microorganismos no patógenos.

La inestabilidad atmosférica que se está viviendo en las últimas fechas en la zona del Valle del Jerte y La Vera, también servirá para testar la eficacia de los nuevos planes de manejo preventivo y/o cu­rativo en cuanto al control de plagas y enfermedades del cerezo, en el marco de los resultados.

Actualmente existe una necesidad de mayor sostenibilidad en los cultivos, y de reducir las sus­tancias químicas de los productos fitosanitarios. Sin embargo, el control de plagas y enfermeda­des en el cultivo se ve dificultado por la baja disponibilidad de materias activas, y por la necesidad de adecuar el control sanitario de este cultivo a las disposiciones de la Directiva 2009/12/CEE.

El Reglamento 1107/2009 reconoce la necesidad de tener disponibles suficientes medios de defensa fitosanitaria para los cultivos menores por su importancia económica y social en ciertas regiones de los Estados Miembros y para ello en sus disposiciones establece algunos beneficios a la hora de registrar productos fitosanitarios para dichos cultivos.