El cuerpo sin vida de un hombre de 50 años de edad ha sido hallado este viernes maniatado y con una bolsa que le cubría la cabeza en el municipio cacereño de Valencia de Alcántara, según han confirmado a LA MAÑANA de Radio Interior fuentes de la Guardia Civil.

El fallecido, Ángel C., regentaba el Bar Restaurante El Baluarte, un negocio de hostelería ubicado dentro de las instalaciones del castillo fortaleza, propiedad del ayuntamiento, que le tenía alquiladas las dependencias.

Según la información a que ha tenido acceso LA MAÑANA, el cadáver fue hallado hacia las 08.30 de la mañana por trabajadores del Ayuntamiento de Valencia de Alcántara cuando abrieron la puerta para acudir a su puesto de trabajo en dependencias municipales próximas. Nacido en el municipio pacense de San Vicente de Alcántara, muy próximo al lugar en el que ha tenido lugar el suceso, Ángel C. estaba casado con una vecina de Valencia de Alcántara y parte de su familia reside en esta localidad.

La juez titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Valencia de Alcántara ha decretado el secreto de sumario y se ha abierto una investigación de la que se ha hecho cargo la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Cáceres. Tras el levantamiento del cadáver, un coche fúnebre del Tanatorio San Pedro de Alcántara de Cáceres trasladó a la víctima al Instituto de Medicina Legal de Cáceres para practicarle la autopsia que permita esclarecer las circunstancia de tan extraña muerte.

La muerte de Ángel C. ha conmocionado a los vecinos de los municipios de Valencia y San Vicente de Alcántara al tratarse de una persona muy conocida por el negocio que regentaba y en el que ejercía como propietario y cocinero. La víctima estuvo numerosos años trabajando fuera de Extremadura, pero ya llevaba tiempo en Valencia de Alcántara a cargo de su negocio, que hubo de cesar la actividad como los del resto de su sector durante casi un mes debido a las medidas restrictivas aprobadas por el Ejecutivo regional para hacer frente a la pandemia del Covid-19.

La investigación policial no descarta ninguna hipótesis de esta muerte que se ha producido en extrañas circunstancias. Fuentes policiales han indicado que la táctica de maniatar a una persona y cubrirla el rostro con una bolsa suele utilizarse para obtener información que la víctima se niega a facilitar, aunque todas las líneas de investigación permanecen abiertas.