El moralejano, Sergio Martín, es aficionado de la pesca desde pequeño, de hecho, fue su padre el que le enseñó este deporte tan arraigado en la región extremeña.

“Mi padre comenzó a llevarme de pesca y fue el que me enseñó. Entonces era una pesca diferente a la que hoy practico. Íbamos desde puesto fijo y pescábamos ciprínidos”, ha recordado este moralejano.

Su pasión por la pesca fue creciendo a lo largo de los años y concursó en diferentes certámenes hasta conseguir conquistar algún premio. Sin embargo, una alergia a los cebos hizo que tuviese que abandonar este tipo de deporte.

Pero la tesón por seguir disfrutando de la actividad le llegó a pescar con su abuelo Luis. Con él comenzó a pescar el “black bass”. Con el tiempo, este moralejano de 26 años, abandonó la actividad en busca de otras aficiones, pero nuevamente el deporte de la pesca que vino realizando durante años volvió a su cabeza.

Fue en 2019 cuando Sergio Martín volvió a las aguas, “volví con más ganas que nunca”. En esta ocasión retomó la actividad con su padre en busca del siluro, uno de los peces más grandes de la zona.

En una de sus andaduras se topó, en el río Alagón, con el siluro más grande que ha capturado hasta el momento. Un pez de 2,21 metros, “un verdadero monstruo de río”, así lo ha definido. El moralejano consiguió pescar a este animal acuático  desde una  embarcación, viéndolo todo en la pantalla de la sonda el 20 de agosto de 2020.

Para este vecino de Moraleja fue una experiencia que disfrutó y que se ha convertido en un recuerdo inolvidable durante sus jornadas de pesca. Además, con su padre, que se alegró por este logro como si fuera de él mismo.

Después de tantas andaduras, este moralejano practica la pesca de depredadores desde embarcación, pato y orilla. Además, en sus jornadas suele ir acompañado de algunos amigos que disfrutan con pasión de este deporte.

Con su padre y sus amigos recorre los principales ríos y embalses de la provincia para compartir su pasión por el mundo de la pesca. Ahora, espera su reto: pescar un siluro aún mayor que el de aquel caluroso 20 de agosto.