Un grupo criminal armado integrado por miembros de siete países distintos dirigió desde el Hotel El Cortijo de Miajadas un entramado que habría defraudado más de 12 millones de euros mediante la creación de empresas fantasma en Estados Unidos utilizando tarjetas de débito con las que llegaron a estafar a 30 bancos americanos.

La organización desarticulada no tenía una estructura piramidal, sino que cada miembro tenía encomendada una función y para ello utilizaba numerosas identidades falsas desde su base de operaciones en España, en este hotel de la localidad de Miajadas (Cáceres). La cúpula criminal estaba encabezada por ciudadanos de Estados Unidos, Albania, Grecia, Bulgaria, Venezuela, Colombia y España que se encontraban en proceso de abrir otra sede de operaciones en un lujoso hotel de la región de Grän (Austria) y otro en la isla de Mikonos (Grecia).

Cada uno de sus componentes tenía un rol determinado para perfeccionar el fraude. Algunos de sus integrantes, con doble nacionalidad griega-estadounidense, tenían la misión de viajar a diversos puntos de EEUU con el objetivo de poner en marcha empresas que posteriormente serían utilizadas para cometer el fraude. Una vez que la sociedad estaba legalmente constituida acudían a diferentes entidades bancarias y abrían cuentas a nombre de las mercantiles. Posteriormente recibían transferencias internacionales que emitían otros miembros de la organización desde distintos países de Europa para generar una falsa creencia de actividad legítima y empresarial, aparentando de ese modo solvencia económica. Esos fondos los movían entre las diversas cuentas bancarias con que contaba la organización, tanto en EE UU como en España, Grecia, Austria, Dinamarca, Reino Unido, Ucrania, Rumanía, Polonia, Bélgica, Turquía, Portugal, Francia, Holanda, Letonia y Alemania, simulando así transacciones financieras internacionales amparadas en operaciones empresariales habituales.

Hasta el momento se ha detenido a 105 personas que participaron en el complejo entramado puesto en marcha para estafar a las entidades bancarias mediante la creación de empresas fantasma en Estados Unidos a las que dotaban de una falsa solvencia económica para posteriormente solicitar la expedición de tarjetas de débito con el máximo importe disponible. Esas tarjetas siempre se utilizaban en España y, sobre todo en Extremadura llegando a acuerdos con los propietarios de establecimientos de pequeñas localidades de la región que ponían a disposición de los delincuentes sus datáfonos a cambio de una comisión del 15 por ciento del total defraudado. De los 105 detenidos, 84 han sido arrestados en España y 70 tienen nacionalidad española. A los integrantes de la organización se les ha incautado 10 armas de fuego, 17 vehículos de alta gama, datáfonos e importantes cantidades de dinero en efectivo.

La organización llevaba dos años operando desde su núcleo central de operaciones establecido en el hotel de Miajadas, desde donde se distribuía el trabajo que debía realizar cada uno de sus integrantes; unos captaban a los comerciantes, otros se dedicaban de buscar nuevos miembros y otros dirigían el complicado entramado financiero que les permitía actuar sin dejar rastro. El «modus operandi» trajo de cabeza a la Policía Nacional durante casi 20 meses hasta que lograron descubrir que los establecimientos comerciales que actuaban como compinches autorizaban a los miembros de la organización a hacer cargos en sus datáfonos mediante el sistema de preautorización, aprovechando la diferencia de aceptación del pago existente entre los bancos americanos y españoles. Mediante este procedimiento lograban realizar importantes compras y posteriormente vaciar las cuentas de efectivo antes de que las entidades bancarias pudieran anular las operaciones. De este modo desde Miajadas se coordinaban las actividades ilícitas que se extendían por 24 provincias españolas y 15 países extranjeros.

La compleja investigación, liderada por la Policía Nacional en estrecha colaboración con el Servicio Secreto de los EEUU, comenzó hace año y medio, y se ha desarrollado de forma coordinada con EUROPOL y las policías de Grecia, Austria, Dinamarca, Reino Unido, Alemania, Polonia, Ucrania, además de las autoridades judiciales y Fiscales de la Audiencia Nacional Española, cinco fiscalías de EEUU -Texas, Jacksonville, Miami, Providence y Boston- y cuatro fiscalías europeas -Alemania, Austria, Dinamarca y Grecia-. La investigación que ha sido dirigida por el Juzgado Central de Instrucción número seis de la Audiencia Nacional, quién emitió 19 órdenes internacionales de detención e investigación a los países implicados en los que se han realizado las detenciones y registros.