La Confederación Regional Empresarial Extremeña (Creex) ha mostrado su «satisfacción» por la sentencia del Tribunal Supremo que da la «razón» a la Junta de Extremadura en la demanda contra el Real Decreto de 1338/2018 que suponía, de facto, la «congelación» de nuevas autorizaciones para plantar viñedos con destino a la elaboración de cava.

«El Real Decreto suponía una restricción de derechos con el único fin de favorecer a un territorio determinado, en este caso Cataluña, en detrimento de otros como Extremadura o Valencia, poniendo en cuestión el libre mercado y la competencia, lo cual resultaba injusto y contrario a Derecho», ha señalado el secretario general de la Creex, Javier Peinado, que aplaude el fin del «agravio» a la región dentro de la «guerra del cava».

Como se recodará, entre otras cuestiones este Real Decreto contemplaba que la decisión para autorizar nuevas plantaciones para cava correspondía al Consejo Regulador de la Denominación de Origen, copado por productores catalanes, que utilizaron esta vía para impedir más producción en Extremadura y Valencia ante la caída de la demanda del cava catalán.

«No se actuó por criterios de calidad ni siquiera por limitación de la oferta ante la caída de demanda para sostener los precios, como se argumentó, sino simplemente para beneficiar a unos productores sobre otros, y esto supuso un agravio y un perjuicio para el cava extremeño en alza», ha explicado Peinado.

El dirigente de la organización más representativa del empresariado extremeño ha felicitado a la Junta de Extremadura por la decisión de recurrir el Real Decreto y argumentarlo en los tribunales, que han fallado que en una Denominación de Origen que afecta a varios territorios no pueden ser los productores de una zona los que tengan el poder sobre toda la producción, apunta la Creex en nota de prensa.

De este modo, la decisión sobre limitar o no la superficie de producción recae, según la sentencia, en el Ministerio de Agricultura, y no en autoridades regionales.

«Los productos extremeños vienen demostrando hace años que pueden competir en calidad con cualquiera, y no tenemos miedo a la competencia, al contrario, pero lo que no se podía tolerar es que el interés de unos pocos primara sobre el resto y se cortase la progresión de una industria vitivinícola en crecimiento porque a algunos les dé miedo esa competencia», ha concluido el secretario general de la Creex.