Hace unos pocos días una señora -Chencha se llama, y que sea por muchos años- me daba una lección de vida, estoy seguro que ni ella misma se daba cuenta de la profundidad de la frase, y que sería motivo de esta reflexión.

“No se valora, porque lo tienes”. No sé si se refería a cualquier cosa con valor material; la realidad es que estaba contemplando un Belén. O quizás fuera sobre la salud, sobre la pareja que le falta hace mucho tiempo, o simplemente porque con su pensión no puede llegar hasta donde le gustaría.

Claro me ha quedado después de leer el sacrificio cruento de las lechugas de mi amigo Manuel, aunque no sé de qué se extraña ni pueda extrañar al lector si el jinete de la silla naranja no pagaba la Seguridad Social de sus “ sirvientes” extranjeros como él, pero bastantes más dignos, a pesar de tener que limpiarle el culo. Si se permite parte del gobierno de esta nación acusar sin pruebas de acoso a un profesional del Derecho porque amenazaba con sacar los trapos sucios del pseudopartido universitario y de clase venida a menos.

Como la mano de “Iván el mujik loco de la Moncloa”, que al igual que Rasputín llevo a Rusia al abismo y murió por magnicidio e hipotermia en un mes de invierno, es como la mano que mece la cuna, ahora las discrepancias en el seno, no de un partido, sino dentro del gobierno, es una expresión de sintonía, aunque de lo importante no se habla y si se habla la purga es inminente. El Gulag lo tiene siempre preparado y al final se quedará  “Pablete”,  como dicen mis paisanos portugueses “so orguhlosamente sos” (solos orgullosamente solos). Está claro que a su lado Alfonso Guerra era una hermanita de la Santísima Caridad. Le achacan la frase “el que se mueva no sale en la foto”; como casi la mitad del Gobierno son espectros nunca salen, se muevan o no, que sinceramente poco importa.

Es el momento en que el responsable de la pandemia se larga a perder las elecciones a Cataluña, porque como es de suponer no va a engañar a nadie con su filosofía del derecho al error, con sus entrevistas en catalán en medios nacionales, y por supuesto sin renunciar al sueldo de ministro. Entre el Illa y el Pedro le han gastado una encerrona al bailarín y cantante de rock Iceta, pero es normal «Y, Z», que son los últimas letras y que además ya lo ha hecho bastantes veces mal.

Mientras tanto el Pedro se tira al ruedo queriendo hacer una Ley para la Monarquía, que debe ser lo más importante después de 60.000 muertos en números redondos, los índices de paro disparados y lo que te rondaré morena. La Seguridad Social en caída libre, las vacunas que eran la panacea guardadas, el índice de vacunación no se levanta como la hierba helada, y por si fuera poco al vegano se le hielan las lechugas que no tenía “ bajo plásticos”, que es una buena forma de proteger el medio ambiente. Filomena -mi Filomena- que has venido para joder un poco más a este Gobierno, que todos se están volviendo contra él, porque nos hemos vendido a la derecha. Aunque a la derecha de este país este año parece que no está ni se le espera, porque a algunos dirigentes regionales parece que les hacen engordar las viandas navideñas  y les ayudó el virus, maldito virus a seguir en la poltrona.

El vicepresidente que manda en casi todo se olvidó que es su responsabilidad lo que pasa en las residencias de ancianos de este su “reyno”, que como era y debe seguir siendo fans del “Señor de los anillos” creyó que era igual gobernar en una realidad democrática, que en una asamblea universitaria donde se está más pendiente de meterle mano a la que tiene a su lado que defender deberes y derechos ciudadanos. Y visto lo visto ya no lo salva ni Tezanos, con lo cual tendrá que agarrarse a la paga vitalicia, a la que también había renunciado para seguir pagando el castillo inexpugnable donde no se permiten los escraches si no son de sus amigos, que van a decirle aquello de “ tranquilo Furor  que estamos ganando la guerra”, cuando la realidad es que le quedaban dos telediarios, porque o se quita del medio o se lo quita Pedro porque ya no le sirve, eso se acaba de producir con la aprobación el presupuesto.

Bueno pero como me decía la señora Chencha: ¿Y de lo mío ¿qué? Pues lo siento amiga, de lo suyo “na de na na”. Porque las lechugas que no sean del vegano se seguirán pagando mal, los chotos ni de torear ni de los otros seguirán siendo mal vistos “probecitos”, el pienso le costará más caro y el trabajo ya no te digo, será lujo asiático.

Suben la electricidad, el gas, el combustible… y las bebidas con azucares… Pero bajan los peajes y los aeropuertos. ¡Pero si no nos podemos mover, estamos casi todos confinados o poco más o menos! Pues por eso bajan.

Amiga arrópate, porque cuando el grajo vuela bajo hace un frío del carajo, y este año se va empezando a parecer mucho al que pasamos, si bien tiene un día menos. Si el que no se consuela es porque no quiere. Feliz año, que es lo que se dice, y que Dios nos coja «confesaos”.