La fusión de Liberbank y Unicaja, que se encuentra pendiente de algunos flecos para convertirse en una realidad, supondrá el cierre de más de 400 oficinas y la pérdidas de más de 2.000 puestos de trabajo en las comunidades autónomas en las que operan ambas entidades.

Liberbank nació como resultado de la unión de Caja Extremadura, Cajastur, Caja Castilla La Mancha y Caja Cantabria mientras que Unicaja opera sobre todo en las comunidades autónomas de Andalucía y Castilla León.

La fusión dará lugar a la quinta mayor entidad por volumen de activos en España, pero traerá consecuencias para el empleo en una operación que ha estado a punto de no llevarse a efecto y que finalmente se materializará tras imponerse la exigencia de Liberbank de que su consejero delegado Manuel Menéndez sea el nuevo CEO de la entidad resultante de la fusión hasta el año 2023.

La operación que convertirá a Liberbank y Unicaja en una única entidad supondrá la creación del quinto banco español con 100.000 millones de euros de activos y está previsto que este martes se dé la aprobación definitiva a la fusión de ambas.

Liberbank y la malagueña Unicaja ya intentaron en 2019 su fusión, pero sin éxito. En esta ocasión el principal escollo ha sido la designación del cargo de consejero delegado, que finalmente ostentará Menéndez.

A medida que avancen las negociaciones podrán conocerse los detalles acerca del cierre de oficinas y los despidos, aunque se da por sentado que en Extremadura afectará de manera especial a poblaciones en las que actualmente operan las dos entidades.