La cosecha de aceituna para almazara en esta campaña de 2020 puede acumular unas pérdidas que rondarían los 80 millones de euros en la comunidad extremeña, según los primeros cálculos realizados por APAG Extremadura Asaja.

Una primavera «mala» y una «desastrosa» campaña del olivar tradicional han hecho que la producción de aceituna de almazara se haya reducido en un 50 por ciento, pasando de las 70.000 toneladas a unas 35.000, que es lo que indican las estimaciones actuales, según ha explicado el presidente de APAG Extremadura Asaja, Juan Metidieri.

En concreto, el olivar tradicional ha tenido una producción «muy baja» en todas las zonas, con pérdidas por encima del 85 por ciento en la zona de Tierra de Barros y Centro, como también ha ocurrido en la zona Suroeste y Campiña Sur. En Vegas Altas y en la zona este la cosecha ha sufrido una reducción del 60 por ciento respecto a un año normal.

El olivar intensivo y superintensivo ha tenido un comportamiento «menos negativo», con variedades como Arbequina y Picual que «han salvado un poco los muebles», dentro de la tónica «tan negativa» sufrida y que son la «confirmación de la tendencia» que ya se había marcado con la aceituna de mesa, señala en nota de prensa APAG Extremadura Asaja.

Además de la baja producción, Metidieri también ha advertido de que se siguen pagando «precios de miseria, como en la pasada campaña» y que se está moviendo en cifras que ronda entre los 30 y 35 céntimos por kilo de aceituna. En este sentido, incide en que los precios bajos son el «mal endémico» de las producciones agrarias en general y, en este caso, de la aceituna de almazara en particular.

De este modo, Metidieri ha lamentado que la cosecha de aceituna para aceite será «muy corta» para el olivar tradicional, ya que según avanza la campaña «se acelera el ritmo», debido a la «baja» producción.

Ante este escenario, APAG Extremadura Asaja reclama «un apoyo firme y decisivo» para el olivar tradicional, puesto que es un modelo de agricultura que está «pegado a la tierra», a los pequeños municipios y es un instrumento «fundamental» para luchar contra la despoblación de las zonas rurales, más si cabe en un momento en el que la campaña está siendo «desastrosa», concluye la organización agraria.