El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha anunciado este viernes en Mérida que el Ejecutivo regional va a solicitar al Gobierno de la nación el estado de alarma para la región, lo que permitirá instaurar el toque de queda desde la medianoche hasta las 06.00 de la mañana.

Vara ha dicho que esta medida «no es para confinar a la ciudadanía, sino para limitar un derecho fundamental como la movilidad» que permitirá a los ciudadanos estar más seguros.

El presidente del Ejecutivo regional ha reconocido que ha mantenido varias conversaciones telefónicas con responsables del Gobierno y ha expresado su confianza en que la solicitud será aceptada.

Lo lógico, según ha considerado Vara, es que la aplicación del estado de alarma se llevase a efecto en todo el territorio nacional con el objetivo de poder instaurar un toque de queda que limite la movilidad de los ciudadanos. En este sentido ha precisado que la medida que establece una restricción general de la movilidad desde la medianoche y hasta las 06.00 de la mañana sólo se aplicará cuando entre en vigor el estado de alarma.

A diferencia de la medida adoptada en Madrid, en Extremadura la limitación será completa, una cuestión en la que se encuentra trabajando actualmente el gabinete jurídico del Ejecutivo regional. La medida no afectará a profesionales sanitarios, empleados de gasolineras y otros sectores que se están estudiando.

El vicepresidente segundo y consejero de Sanidad y Bienestar Social de la Junta de Extremadura, José María Vergeles, ha dicho que una de las principales ventajas de esta medida es que se actúa sobre uno de los focos que se ha demostrado que provoca el mayor número de contagios, que es el ocio nocturno no controlado.

Además, según ha indicado, al venir época de frío e incrementarse las reuniones en el interior, se combate una importante fuente de contagio, que es la que se produce en recintos cerrados. Por último, y como tercera ventaja, se actúa en consonancia con el horario limitado en otras comunidades autónomas.

Pero Vergeles también ha reconocido que hay inconvenientes que afectarán al sector productivo y, de manera especial, a los locales de hostelería y restauración, para lo que se está contactando con los agentes económicos y sociales para negociar la medida.

También ha informado que en la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud celebrada el jueves se alcanzó un acuerdo para la elaboración de un documento de respuesta coordinada frente a la pandemia que aporta muchas certidumbres en cuanto a la clasificación del riesgo de las unidades territoriales en función de una serie de indicaciones que permite adoptar medidas homogéneas para todo el país.

Vergeles ha dicho que Extremadura se encuentra en un nivel de riesgo medio-bajo, aunque ha reconocido que en lo que respecta a los indicadores de incidencia acumulada a los 7 y 14 días están en riesgo alto o muy alto.

Las áreas de salud que más preocupan al Servicio Extremeño de Salud (SES) son las de Mérida, que tiene un nivel de ocupación de camas de agudos alto, y la de Plasencia, que se encuentra en el máximo nivel de riesgo, o nivel cuatro, por el elevado porcentaje de ocupación de sus camas UCI. En Navalmoral de la Mata la situación también es preocupante, aunque según Vergeles se va estabilizando.