La Consejería de Educación y Empleo de la Junta de Extremadura ha decidido que inicien el curso escolar este lunes más de mil alumnos de distintos centros educativos de Talayuela a pesar de que actualmente el número de contagios es bastante superior al registrado cuando se decidió retrasar la apertura de los colegios.

La Junta de Extremadura anunció el 7 de septiembre que los estudiantes de Talayuela no iniciarían las clases de manera presencial el mismo día que el resto de alumnos de Extremadura. En aquella fecha el municipio de Talayuela tenía un brote con 40 positivos por Covid-19, ya que el otro que se vincula a esta localidad se encontraba localizado en la Finca La Barquilla, a 17 kilómetros, que había notificado 65 contagios.

Sin embargo ahora la situación ha cambiado; este domingo en la Finca La Barquilla sólo permanecían activos dos casos positivos y en Talayuela la cifra se elevaba hasta los 62 contagiados, es decir, 22 más que cuando se decidió retrasar el inicio de las clases. Además hay que añadir otros siete casos activos que se localizan en la pedanía de Santa María de Las Lomas, una entidad dependiente de Talayuela que se encuentra a solo cuatro kilómetros.

El hecho no tendría más trascendencia si no fuera porque todos los centros educativos se encuentran en Talayuela, que es donde ha crecido de manera importante el foco. Así, desde este lunes podrán ir a clase de manera presencial los estudiantes del Colegio Público Gonzalo Encabo, que tiene 410 alumnos; los del Juan Güel (267 estudiantes); los 484 del Instituto de Enseñanza Secundaria San Martín y los 32 del Centro de Educación de Personas Adultas.

El retraso en el curso escolar en esta localidad ha estado salpicado desde el principio por la polémica. Por un lado, los distintos centros educativos de Navalmoral de la Mata no permitieron el acceso a las clases a los alumnos procedentes de la vecina localidad de Talayuela por tener un brote notificado por las autoridades sanitarias.

Además, hace tan solo unos días, los padres de los alumnos de Talayuela denunciaron que los colegios y el instituto de la localidad continuaban cerrados, que sus hijos no recibían educación no presencial en las mismas condiciones que el resto de estudiantes y que no tenían apoyo para la realización de sus tareas.