No soy un gran seguidor del programa “El Hormiguero”. Cada día es menos interesante y poco a poco ha ido perdiendo la calidad que en un principio me conquistó. Hace unos días, y de vez en cuando ocurre, le hace el programa gratis el invitado y el presentador se limita a incomodar y soltar cuatro o cinco “paridas” para hacer la gracia.

Miguel Ángel Revilla es un populista que lo mismo canta en Laredo que reparte sobaos pasiegos y anchoas de Santoña o vende libros que, supongo, no edita el Gobierno de Cantabria. Es, sin dudar, embajador de esa maravillosa tierra a la que ha puesto en el mapa y que dejó de ser el lugar de reposo de los Castellanos. Santander, esa ciudad que enamora al mar, a las mujeres y hombres, fue provincia de Castilla cuando el mapa de España tenía 52 divisiones originadas por las tonterías de un reyezuelo que para hacerse notar abolió “La Pepa” y pasó por las armas a todos, entre ellos a algunos extremeños, como Muñoz Torrero, Carolina Coronado y otros tantos liberales auténticos.

Pero a lo que vamos , porque Revilla siempre va a lo suyo; vino a desvelarnos que necesitó 14 reuniones virtuales para saber que el Sr. Sánchez, fue aconsejado por un comité de expertos más o menos como él, creado para el Covid. Ahora hemos sabido que el comité de expertos que primero existía, luego no existía y al final era mediopensionista y estaba formado por Pedro, Sánchez, Iván y Redondo. Y como cuatro no es un conjunto vacío, aunque lo parezca, pues eso que de lo de Valdecillas, nada de nada, a recurrir y si acaso, lo pagarán cuando las ranas  “canten fados”.

Qué pena, él, que se deshacía en elogios al guaperas, que paseaba con él, que llamaba traidor a Rajoy porque no le traía lo de Valdecillas, ni el AVE, ni la unión con la Meseta por autovía, que su diputado en Madrid votó en primera y luego dio marcha atrás, cuando el embarazo era irreversible y no había píldora del día después.

Pues el amigo viejo suelta prendas que no tienen desperdicio en estas reuniones virtuales. Los presidentes de la mayor parte de las comunidades autónomas, especialmente los del PSOE, no dicen ni pio, no critican nada, porque como saben que van a venir 140.000 millones de Europa y que la mitad se van a repartir desde la Moncloa -es decir, el desdichado del grupo de los cuatro citados anteriormente-, a callar, y sobre todo a aplaudir la desgraciada actuación del Gobierno con la pandemia, en la seguridad de que no pasa nada porque para eso tienen a la extraordinaria y siempre independiente, o independienta, fiscal o fiscala general del Estado. En fin, este país está quedando y en eso tiene razón don Pelayo, que no lo conoce ni la madre que lo parió.

No, no solo por los virus, ahora guantes, ahora mascarilla , ahora no hacen falta , ahora tenemos un amigo que las vende, ahora gel hidro-alcohólico. A pesar de que lo que se necesita es lavarse la manos con jabón, ahora engañaron al gobierno con los Epis, se perdieron no sé cuántos millones. Pero como si no hubiera pasado nada, como si el Iván con sus 30 millones en publicidad institucional hubiera adormecido a la prensa en general y nadie recordase como los chinos o algunos amigos del gobierno le tomaron y nos tomaron el pelo mandándonos mierda a precio de oro.

Pero el culmen de la imbecilidad llega cuando Don Pelayo y cierra España, seguramente iluminado por el Apóstol Santiago o porque venía al programa directamente de la fiesta de la patrona de Cantabria, y ¡como no! conduce, pues dice “Todos los que han firmado el manifiesto a favor de la presunción de inocencia de Juan Carlos harían lo mismo que él”. Pues no, amigo, hasta podías caerme simpático pero por ahí no paso. No he visto a ninguno de los firmantes ponerse de rodillas en una foto para poner a J.C. los célebres zancos de madera. Y eso es tan malo como generalizar diciendo que todos los partidos políticos, incluso el tuyo, han tenido alguna vez financiación irregular, porque como bien sabes, con las cuotas de los afiliados y lo que aportan los cargos públicos, si lo aportan, no da para mantener una mínima estructura de partido.

Don Miguel Ángel, esta vez se ha columpiado, nadie defiende que Juan Carlos no tenga que pagar por sus pecados, nadie duda que deberá sentarse en el banquillo, ni mucho menos que no deba devolver lo recibido que no le corresponda y pagar sus impuestos y sanciones. Lo que se trata es distinto, se trata de no permitir juicios sin abogados defensores, y no  defender el derecho a la presunción de inocencia. Se trata de no  hacer el caldo gordo a don Iván el Terrible, el Mugic Loco de Rusia, que la llevó al abismo, amigo de «podemitas» ni de los que piensan que es mejor una república bananera como Venezuela -donde Maduro es acusado de crímenes de lesa humanidad-, que una monarquía democrática, que, al igual que la democracia, es el menos malo de los sistemas.

Por cierto me encantan las anchoas, ya sean de Santoña o de Laredo, y los sobaos pasiegos, aunque sean de Santa María de Cayón o de Astilleros. Y por supuesto sigo y seguiré enamorado de Cantabria a pesar de estos deslices de Don Pelayo Revilla, ¡qué maravilla! Y no es un eslogan de chorizo.