La organización agraria APAG Extremadura Asaja ha alertado este martes de los daños que los pájaros, como estorninos negros, gorriones o abejarucos, están causando a diferentes explotaciones y cosechas en la región.

En concreto, se han detectado estos daños en cereales, en frutales y ahora están siendo víctimas de las aves las higueras, los viñedos o los girasoles, además de las colmenas, que «están sufriendo un castigo todavía mayor», según señala APAG Extremadura Asaja.

Ante esta situación, la organización agraria ha considerado necesario que la administración «tome cartas en el asunto y dé autorizaciones para poder alejar a estos pájaros de las cosechas», controlando los daños con medidas disuasorias como el uso de armas de fuego que mantengan a las aves fuera de las explotaciones, «porque si no las están arrasando».

Así se ha pronunciado el presidente de APAG Extremadura Asaja, Juan Metidieri, quien ha señalado que se ha trasladado esta situación a la Consejería de Transición Ecológicade la Junta de Extremdura, por lo que todavía no han «tenido respuesta» por lo que se ha solicitado «celeridad» por parte de la administración.

Y es que, según explica, los particulares están realizando peticiones que autoricen esos controles de daños, pero desde la consejería no se está resolviendo, lo que «supone un perjuicio para los agricultores y apicultores de la región».

En este sentido, Metidieri ha lamentado que para la consejería «son más importantes los pájaros que las personas que viven en las zonas rurales», por lo que ha alartado que «si seguimos a este ritmo tendremos una Extremadura en la que la especie más amenazada de extinción serán las personas».

Por otra parte, y respecto a la situación de las colmenas en la región, la organización ha señalado que se están registrando «graves problemas» con los ataques de los abejarucos, lo que «está suponiendo una merma en la población apícola que, a su vez, puede suponer un importante perjuicio para el equilibrio medioambiental».

En definitiva, APAG Extremadura Asaja reclama a la Consejería de Transición Ecológica que «agilice los permisos para el control de las aves en los distintos lugares en los que se está produciendo una afección por culpa de estos, ya sean cultivos o colmenas», ya que según señala, «no puede ser que se proteja más a los animales que a las personas», concluye.