Extremadura abandonará la fase 3 de la desescalada y pasará a la nueva normalidad a partir de la medianoche del sábado con una situación sanitaria bastante despejada: sólo hay un paciente ingresado por Covid-19 y en la fase 3 no ha habido ingresos en las UCI.

El vicepresidente segundo y consejero de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura, José María Vergeles, explicó en su comparecencia de prensa este sábado que el impacto de la apertura a la movilidad entre las dos provincias de Extremadura no ha tenido malas consecuencias para la evolución de la pandemia.

"De momento no hemos detectado que haya provocado movimientos nocivos; hemos hecho bien en esperar una semana", dijo con convencimiento el vicepresidente segundo del Gobierno regional.

Vergeles reconoció que esa decisión se adoptó "porque se dieron casos de contagios que tenían que ver con la movilidad y la situación epidemiológica era diferente entre Cáceres y Badajoz".

A lo largo de toda la fase 3 que finaliza hoy, los profesionales de la Sanidad de Extremadura han detectado 1.691 casos sospechosos y de ellos sólo se han confirmado por PCR 25 positivos. También se han producido 70 altas epidemiológicas. La maña noticia es que durante esta fase se ha producido el fallecimiento de una persona por Covid-19.

El consejero de Sanidad también consideró acertada la idea de no adelantar la finalización de la fase 3 en Extremadura y haber esperado una semana más. Durante este período se han descartado 1.614 pacientes sospechosos y se ha controlado a 196 contactos a lo largo de toda la fase 3.

En su opinión, las cifras reflejan que el Servicio Extremeño de Salud (SES) "mantiene su capacidad estratégica para poder controlar cualquier brote o rebrote que pueda surgir".

Los mismos datos revelan que desde el 16 de junio sólo ha habido una persona ingresada en los hospitales de Extremadura, que aún permanece en el Hospital Virgen del Puerto de Plasencia. Durante esta fase no ha habido más de dos ingresos y tampoco ha sido necesaria la hospitalización de enfermos en las unidades de cuidados intensivos (UCI). 

Vergeles atribuyó este descenso en las cifras a dos cuestiones esenciales; por un lado al hecho de que el virus es menos agresivo y, por otro, a que la carga viral es inferior.