La Confederación Regional Empresarial Extremeña (Creex) ha coincidido con el Instituto de Estudios Económicos (IEE) en que mantener la reforma laboral, prorrogar los ERTE y apoyar a las empresas serán fundamentales para la recuperación económica.

La Creex se ha referido al informe lanzado por el IEE y titulado 'Impacto económico de las medidas adoptadas en el contexto de la presente crisis' ocasionada por el Covid-19 que indica que, pese al "súbito y cuantioso impacto" de la actual crisis, los fundamentales económicos "continuarán siendo los mismos que posibilitaron la anterior recuperación".

Por tanto, apunta la Creex, es "básico" mantenerlos en el tiempo "sin incurrir en errores de revertirlos", como sucedería, ha dicho, si se volviera al marco laboral de la pasada década.

Así, como ha apuntado, desde el comienzo de esta crisis sanitaria y económica se han tomado "medidas relevantes", entre las que se encuentra el apoyo a la financiación privada de los sectores afectados mediante avales del ICO.

Según el impacto económico, las medidas directas de apoyo a la empresa son las que están teniendo los "mayores efectos multiplicadores, en términos de sostenimiento de producción, actividad y empleo".

Este factor se explica, ha indicado, por el "gran impacto" de las medidas por todo el circuito económico, puesto que su "efecto multiplicador depende de un elevado número interrelaciones" que se producen entre los distintos sectores de actividad a través de sus eslabonamientos.

El secretario general de la Creex, Javier Peinado, ha señalado que estas conclusiones van en la línea de lo que ha venido manteniendo la confederación, esto es, que "tumbar una reforma laboral que ha permitido crear empleo o no profundizar en las medidas de apoyo directo a las empresas supondría un grave revés a la recuperación, con la destrucción de tejido productivo y, por tanto, la pérdida de empleos que difícilmente se podrían recuperar".

PRORROGAR LOS ERTE

El documento también recoge el impacto de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que podrían estar ya generando un impacto directo sobre la actividad de hasta un 0,7 por ciento del VAB y de 151.000 empleos adicionales.

Si estos se ampliaran hasta diciembre, para poder así cubrir las necesidades de los sectores más afectados, entonces tendrían un impacto adicional de hasta un 1 por ciento de VAB y de 212.000 empleos añadidos, que habría que sumarse al impacto del primer tramo.

Y, a más largo plazo, a los efectos directos ya comentados habría que añadir otros efectos indirectos e inducidos derivados de las relaciones intersectoriales que supondrían, según se contemplen ERTE hasta junio o hasta diciembre, entre un 1,9 por ciento y 4,6 por ciento del VAB y una mejora (o menor caída de empleo) de entre 377.000 y 906.000 empleos a tiempo completo.

En este punto, Peinado también ha insistido en que, como se ha venido demandando desde la Creex, "hay que tomar ya la decisión de prorrogar los ERTE, generando seguridad jurídica, y permitiendo que las empresas puedan ir recuperando plantilla conforme la demanda vaya respondiendo, porque cortar de raíz en junio sería el fin de muchas empresas y autónomos".

Asimismo, la Creex alude a que, según el IEE, la prioridad debe ser alcanzar, lo antes posible, una normalización económica en la que no haya restricciones a la actividad económica. En este caso, la demanda podría recuperar la senda previa al virus y/o cambiar alguno de sus comportamientos.

Por último, el informe indica que es necesario incorporar una reflexión de la orientación y priorización sectorial de las posibles medidas de política económica.

Desde una perspectiva de corto plazo, las medidas de política económica deben priorizar la preservación del tejido productivo más afectado por la crisis, como, por ejemplo, el turismo y la hostelería, pero a medio y largo plazo deben incorporarse también medidas que, a su vez, favorezcan la transformación estructural y la modernización del país.

El secretario general de la Creex ha manifestado que las líneas del estudio apuntan en la "dirección correcta", tanto en lo que se refiere a los apoyos a las empresas como a la necesidad de aprovechar la situación para generar las bases de un nuevo modelo productivo, pero partiendo siempre de que "lo primero es reparar los daños en el tejido productivo, puesto que sin ese germen de arranque, cualquier recuperación será inviable".