RAQUEL DE LA ROSA – MORALEJA

La fase uno de la desescalada ha permitido que se vuelva nuevamente a los lugares de culto, pero con restricciones. Celso Gutiérrez, párroco de Moraleja, ha destacado que se tratan de diferentes medidas para garantizar la salud de los asistentes a estos espacios.

“Será una vuelta a la Iglesia atípica”, ha dicho. Antes de entrar y tras salir de la misa se debe realizar un lavado de manos. Además, en la entrada al centro de culto se pondrá una alfombra para limpiar el calzado.

Asimismo, se distribuirá gel hidroalcohólico y se establecerá el lugar en el que debe sentarse cada una de las 30 personas que podrán acudir a estas reuniones.

Gutiérrez ha explicado que el uso de mascarillas será obligatorio y que la paz se dará a través de un gesto porque los besos y abrazos están prohibidos.

Al mismo tiempo se instalarán marcaciones en el suelo con objeto de garantizar la separación de dos metros entre los participantes a la hora de tomar la comunión.

El párroco de la localidad ha asegurado que las misas se han reducido al fin de semana y todas se realizarán en la Iglesia de Nuestra Señora de la Piedad puesto que es la que mejor puede garantizar el éxito de las medidas de seguridad.