El Ayuntamiento de Talayuela ha denegado la solicitud que había presentado la comunidad islámica para la construcción de un cementerio en el que enterrar a todos los musulmanes de Extremadura. El camposanto era de mayor superficie que el que intentaron construir en Madrid y que también fue denegado.

La solicitud fue formulada por la asociación An-Nur, que pidió al ayuntamiento un terreno de 12.200 metros cuadrados de superficie en el que poder enterrar a toda la población musulmana de la comunidad autónoma de Extremadura.

Los servicios técnicos del consistorio talayuelano han basado la decisión en el artículo 24 del Decreto 161/2002 de 19 de noviembre por el que se aprueba el reglamento de policía sanitaria mortuoria de Extremadura. El citado reglamento establece que la distancia existente desde un enterramiento de nueva creación a una zona poblada debe ser de 500 metros, por lo que resulta "imposible" levantar el cementerio en los núcleos urbanos de Talayuela o Barquilla de Pinares.

El Ayuntamiento de Talayuela añade también que "no existe ningún terreno con la clasificación de equipamiento a más de 500 metros con esta superficie en ninguno de los tres núcleos del municipio", por lo que tampoco cabe la posibilidad de construir el camposanto en la pedanía de Santa María de las Lomas.

Los técnicos municipales aseguran en el informe desestimatorio que en Extremadura existen aproximadamente 12.000 individuos que profesan la religión islámica, que incluye entre sus preceptos el enterramiento en la tierra en lugar de nichos. Del total de ciudadanos musulmanes, unos 7.000 son residentes en la provincia de Cáceres y aproximadamente 5.000 en la de Badajoz.

El informe técnico calcula que en el caso de que fuese enterrada sólo el 30% de la población musulmana, esos 3.600 individuos necesitarían 7.200 metros cuadrados de superficie, ya que es preceptivo disponer de dos metros cuadrados por cadáver. A esa superficie habría que añadir 5.000 metros cuadrados de urbanización del cementerio, que completarían los 12.200 metros que han sido solicitados al ayuntamiento.

El cementerio musulmán de Talayuela pretendía ser aún más grande que el que la comunidad islámica intentó construir en Carabanchel. Hace ahora cuatro años, en abril de 2016, la entonces alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, quiso reservar 10.000 metros cuadrados de superficie del camposanto de Carabanchel para la población musulmana, pero un informe elaborado por técnicos de la Consejería de Sanidad indicó que la ley mortuoria madrileña impide enterrar cadáveres en contacto con la tierra. El documento ya aclaró entonces que los ritos islámicos de enterramiento no son compatibles con la actual ley mortuoria regional y la normativa europea. 

Actualmente existen en España 35 cementerios musulmanes, algunos al límite de su capacidad, como el de Griñón (Madrid), donde el pasado 6 de abril fue enterrado Riay Tatary, líder de la Comunidad Islámica de España. Tatary falleció por coronavirus y su entierro contó con la asistencia de una decena de acompañantes que incumplieron lo estipulado en el Decreto sobre el Estado de Alarma, que establece que a los actos fúnebres podrán asistir un máximo de tres personas.