RAQUEL DE LA ROSA – PLASENCIA

Las buenas personas se llenan de luz ante la dificultad que genera el tiempo oscuro del Covid-19. Así lo ha demostrado Sor Isabel García, maestra de religión en la comunidad josefina trinitaria en Plasencia. Sin pensárselo dos veces acudió a la residencia de ancianos Virgen del Puerto de Ciudad Jardín en la localidad pacense para ayudar a los que más lo necesitaban, los cerca de 80 mayores que componen este centro.

“Llevaba varios días plantándomelo porque algo más podía hacer. Lo que más me preocupaban eran los mayores”, ha asegurado García. Esa fue la decisión final: iba a acudir al geriátrico para cuidar a los ancianos y aportar su granito de arena. Así fue, tres semanas ha estado trabajando junto al resto de personal de la residencia.

Su labor  fue más que agradecida. “Me recibieron con los brazos abiertos. Necesitaban ayuda”, ha confirmado García tras explicar que ayudaría en este centro de mayores placentino. Con respecto a sus tareas, García realizó acompañamiento a los mayores, tareas en la cocina así como en el lavadero.

“Detecté tristeza en los ancianos. No sabía si el Covid-19 iba a acabar con ellos, pero el desánimo sí”, así ha subrayado García que fue su primera impresión en la residencia. Los mayores se sentían abatidos porque no entendían la razón por la que no podían ver a sus familiares. Necesitaban el contacto que el coronavirus les estaba quitando.

Aprovechando que es maestra, quiso ralizar ejercicios con los ancianos para despejar sus mentes. “Decidí poner en marcha actividades para entretenerles. Ejercicios enriquecedores para aliviarles de la tristeza. Teníamos que transmitirles fuerza y alegría”, ha asegurado.

Ante esta situación ha asegurado crecer personalmente porque “te hace crecer como persona”, ha explicado García, que solamente ha tenido palabras de agradecimiento para todos los trabajadores del centro residencial “a pesar de convertirme en la cara conocida, todos realizan sus tareas con entusiasmo y transmiten esperanza a los residentes”, ha concluido.