El Servicio Extremeño de Salud (SES) ha aprobado un protocolo que permitirá a los pacientes más graves contagiados por coronavirus recibir la visita de sus familiares, pero aún queda en el aire si habrá modificaciones en la regulación de los entierros.

El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha anunciado que el SES ha aprobado la puesta en marcha de un protocolo que permita a los pacientes "con criterio de severidad" de Covid-19 recibir la visita de sus familiares, tanto en hospitales como en residencias.

Los grupos de la oposición, Partido Popular, Ciudadanos y Unidas Podemos, habían realizado peticiones en este sentido y Vara ha asegurado que las hace suyas. 

La decisión se ha adoptado en la reunión celebrada este domingo por el consejo de dirección del SES, que ha ordenado la elaboración de los protocolos de modo que puedan comenzar a aplicarse a partir de esta semana.

El presidente extremeño ha reconocido que esta crisis sanitaria tiene un elevado componente emocional, y que la gente "lo está pasando muy mal", debido a que están perdiendo a sus familiares sin poder además despedirse de ellos.

La primera medida adoptada en Extremadura es que los pacientes que tengan un grado de severidad, es decir, los que se encuentren más graves, puedan recibir la visita ordenada de sus familiares mientras se prolongue el Estado de Alarma.

Sin embargo queda en el aire qué ocurrirá con los entierros sin despedidas. Como se recordará, el Gobierno adoptó el 30 de marzo “medidas excepcionales” sobre velatorios y ceremonias fúnebres para evitar el contagio por coronavirus. Desde entonces, y mientras dure el Estado de Alarma, en las ceremonias funerarias solo podrán participar un máximo de tres familiares o allegados, además de la persona encargada del oficio.

Mediante la orden del Ministerio de Sanidad que publica el BOE en la edición de este lunes, están prohibidos los velatorios en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas, así como en los domicilios particulares. La celebración de cultos religiosos o ceremonias civiles fúnebres se pospone hasta la finalización del estado de alarma. 

Desde diversos colectivos se ha reclamado que esta medida se flexibilice pero la decisión no compete a las comunidades autónomas, sino a presidencia del Gobierno que, en todo caso, debería abordar el asunto con distintos responsables ministeriales en función de cómo evolucione la crisis sanitaria.