RAQUEL DE LA ROSA – MORALEJA

Falta de libertad, esa es la principal sensación en España desde que se decretó el Estado de Alarma. Permanecer en casa y salir únicamente en las situaciones estrictamente necesarias son los criterios fundamentales para frenar el Covid-19. Tenemos las herramientas para frenar la pandemia, pero son también palpables los efectos secundarios de ese confinamiento.

No estamos preparados psicológicamente para la que se venía encima a pesar de conocer la situación en China, Corea e Italia. Los españoles estamos hechos de otra madera, necesitamos salir a pasear, a tomar una bebida en el establecimiento más cercano. No teníamos ni idea de esto y el cielo soleado tampoco está ayudando.

A pesar de que esta situación no se puede comparar con alguna otra vivida con anterioridad, sí se sabe que en periodos de aislamiento son frecuentes reacciones como el estrés, la ansiedad, la irritabilidad, el nerviosismo, la confusión, el miedo o la culpa. Permanecer en casa puede crear un aluvión de sentimientos que no sabemos muy bien por dónde va a salir.

Según algunos estudios el confinamiento puede comenzar a generar problemas psicológicos como estrés, ansiedad o depresión una vez pasados los diez días y así lo ha confirmado también Claudia Lozano, psicóloga de Moraleja. “El confinamiento produce que los sentimientos tengan mayor intensidad”, ha asegurado.

Incluso la mente más fuerte no está exenta de estos trastornos porque este Covid-19 ha provocado un cambio radical en hábitos y costumbres.  “Los efectos del confinamiento pueden llegar incluso seis meses después de que se termine el Estado de Alarma”, ha explicado.

Es difícil ser conscientes de que un telón transparente se cerne sobre cualquier persona que siente un desbarajuste en su estado de ánimo. Este es uno de los principales problemas derivados de los trastornos psicológicos el no haberse dado cuenta de que esos síntomas que considerábamos naturales se han incrementado. Los efectos de la depresión, la ansiedad e incluso del estrés se van instalado poco a poco en el organismo y hay que estar alerta para detectarlos.

No es lo mismo estar confinado con un familiar o en soledad. Tampoco será igual para una persona que ha tenido dificultades psicológicas previas o que tiende a notar ansiedad en los espacios cerrados por ello es de vital importancia seguir una rutina, mantener contacto con nuestros seres queridos y tratar de que la mente esté ocupada en actividades que dejen a un lado la situación actual del país.

Son muchas las herramientas para evitar que el Covid-19 alterne nuestra paz mental, pero para conocer cómo pararlo es vital conocer cuáles pueden ser sus consecuencias.

“Frente a la situación desconocida que nos está dejando el Covid-19 es elemental mantenerse fuerte mentalmente”, ha argumentado Lozano subrayando la importancia de mantener una rutina con ejercicios obligados como el teletrabajo. “No podemos olvidar que después de realizar las tareas fundamentales, tenemos que tener un hueco para hacer aquellas actividades que nos resulten placenteras. Es fundamental buscar un equilibrio entre el trabajo y el tiempo libre”.

La experta ha apuntado la importancia de generar rutinas como cocinar, inventar juegos, aprender nuevos idiomas, leer o escuchar música. Se trata de realizar actividades para mantener la mente ocupada.

Lozano también ha hecho especial hincapié en la necesidad de disfrutar de los momentos colectivos relacionándonos con las personas que están confinadas en casa, pero también es fundamental relajarse y pasar momentos con uno mismo para equilibrar la balanza.  Cabe destacar que en China la principal causa de divorcio frente al Covid-19 fue por no respetar el espacio del compañero.

“El ser humano es social por naturaleza por lo dentro del confinamiento es obligado mantener el contacto social con nuestros amigos, familiares o pareja para evitar la sensación de soledad”. Asimismo, ha asegurado que es importante mantener el contacto a través de videollamadas ya que es fundamental ver a otras personas, sentir sus reacciones, escuchar su risa y compartir vivencias.

Son tiempos difíciles, pero después de la tormenta siempre vuelve a salir el sol. Si durante este periodo de tiempo no nos dejamos llevar por la ansiedad y el miedo, continuamos realizando actividades y recordamos lo verdaderamente valioso, saldremos psicológicamente más reforzados que nunca.