ISABEL BARRANTES-CORIA

 

La casa de la familia  Martín-Alfajeme alberga en Coria una colección de unos 270 belenes de diferentes partes del mundo, una representación de la cultura y las tradiciones de países de Europa, América, Asia y África.

El origen de esta gran colección de piezas está en las casualidades de la vida, ya que Ana María Alfajame consiguió su primer belén tras participar en una rifa celebrada en un mercadillo solidario, donde también adquirió varias piezas para regalar y para su casa.

A partir de ahí, la colección no ha parado de crecer y cuentan ya con representación de países como Egipto, Filipinas, Perú, o Guatemala, entre muchos otros.

Es precisamente la variedad en cuanto a formas, materiales, vestimenta o personajes lo que hace tan especial este conjunto de nacimientos  ya que cada uno de ellos se adapta y representa a la perfección  la cultura de cada país.

Uno de los más curiosos llegó a manos de la familia desde Perú. Llama la atención por el colorido del atuendo  de las figuras, que visten con el típico gorro andino y la mula ha sido sustituida por una llama.

Ana María Alfajeme ha señalado que la vestimenta es uno de los aspectos que más varían en función de cada nación e incluso de cada continente. En Europa, el Niño Jesús suele aparecer vestido únicamente con un pañal, mientras que en América está completamente vestido.

Los materiales también son muy diferentes. Varían desde las piedras y la piel del coco utilizado en los belenes llegados desde  América o la madera de ébano empleada en los de África. Pero la colección también cuenta con belenes de cristal, plástico, pasta o plata.

El humor también tiene cabida en esta gran representación de las costumbres del mundo y es que entre esos más de 200 belenes también los hay protagonizados por figuras de toreros o de chulapos madrileños.

La familia muestra con orgullo cada Navidad su pequeño tesoro abriendo las puertas de su casa a todo aquel que desee conocer su colección. Con ello pretenden contribuir a mantener vivas las tradiciones, para que éstas no se pierdan con la llegada de costumbres importadas de otros países.