ISABEL BARRANTES-SIERRA DE GATA

 

 

Una especie invasora microscópica, con forma de gusano y oriunda de América del Norte, amenaza los bosques de coníferas de la Península Ibérica, situándose uno de los focos más críticos en la Sierra de Gata, uno de los corredores de diseminación más importantes del país.

La plaga comenzó su expansión por Portugal en 1999, donde afecta ya a más de la mitad del territorio, mientras que en España, además de en la Sierra de Gata, se han detectado focos críticos en Castilla y León y Galicia.

Begoña de la Fuente, investigadora de la Universidad Politécnica de Madrid, ha explicado que el culpable de esta plaga tan nociva es el nematodo de la madera del pino, un microorganismo exótico de unos dos milímetros que puede propiciar la muerte de los árboles afectados en apenas un mes.

Este microorganismo necesita aliarse con otra especie, denominada vector, para desplazarse por los árboles infectados provocando la enfermedad del decaimiento súbito del pino.

Según ha explicado la investigadora, el vector suele ser un insecto de la fauna autóctona española, un escarabajo conocido como longicornio del pino por sus largas antenas. Este escarabajo transporta al nematodo hacia nuevos árboles que por sí mismo no podría alcanzar.

Por su parte el nematodo proporciona al escarabajo árboles debilitados para realizar la puesta, ya que si el árbol está muy sano la presión con la que supura la resina impide que el escarabajo complete su ciclo vital.

Esta enfermedad no solo mata al árbol, sino que también ocasiona daños económicos y ecológicos derivados de la muerte del arbolado además de drásticas restricciones al comercio de la madera de países donde el nematodo esté presente, por las medidas de cuarentena que la Unión Europea obliga a adoptar.