ISABEL BARRANTES 

 

Con la llegada del mes de febrero entrará en vigor la directiva europea que obliga a controlar los niveles de gas radón en las viviendas, un elemento natural, gaseoso y radioactivo que emana del suelo.

Este elemento está considerado como la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Cabe destacar que el Consejo Superior de Seguridad Nuclear sitúa a Cáceres como la cuarta provincia española con mayor presencia de este gas, lo que llevó al arquitecto y doctor de la Universidad de Extremadura a investigar sobre este gas, descubriendo una fuerte presencia del mismo en las comarcas de La Vera, el Jerte o la Sierra de Gata.

Según el mapa predictivo de exposición al radón del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), divide el territorio en tres categorías de exposición potencial: baja, media y alta. El CSN señala el sur de Galicia, zonas de Madrid, Salamanca, Ávila, Toledo, Cáceres, Córdoba y Jaén en la Península y Gran Canaria en el archipiélago canario como las zonas de mayor exposición.

Según los geólogos, se trata de zonas con mayor concentración de gas radón por la abundancia de suelos graníticos y de pizarra. Esto hace necesario necesario el desarrollo de “una normativa clara que sirva para informar y concienciar a la población sobre los riesgos del radón”.

Con este motivo desde el Colegio de Geólogos han instado a los responsables a tomar medidas para obligar a su erradicación y consideran que la normativa que establece la Directiva debería incluirse en el Código Técnico de la Edificación para prevenir la exposición al radón y eliminarlo de las viviendas.

Cabe destacar que el gas radón es el resultado de la desintegración de minerales radiactivos, entre ellos el uranio, contenidos en rocas ígneas o metamórficas, como el granito o la pizarra.

En cantidades muy elevadas, es decir por encima de los 300 becquerelios por metro cúbico, puede ser cancerígeno. La OMS considera que entre el 3 y el 14 por ciento de los casos de cáncer de pulmón vienen derivados del gas radón.

Este gas se acumula especialmente en sótanos y bajos de viviendas por lo que es importante ventilar bien estos espacios. Además también es necesario aislar o sellar los suelos de la casa, según han informado desde el Colegio de Geólogos.

Estudios realizados por la Universidad de Extremadura, recogen que el radón por si solo desaparece casi por completo en 38 días, pero cuando va asociado a otros isótopos, como el plomo, su eliminación alcanza los 220 años.