CELIA CORDERO

 

Una agente de la Policía Nacional, destinada en la Oficina de Denuncias y Atención al Ciudadano de la Comisaria de Mérida y fuera de servicio, ha salvado la vida de un menor de dos años que participaba en una procesión en la pasada Semana Santa emeritense. 

Los hechos sucedieron el pasado lunes día 10, sobre las 23:00 horas, cuando la policía se encontraba, junto a su familia, en la Puerta de la Villa de la capital extremeña viendo la procesión de la Real Hermandad y Cofradía Infantil de nuestro Padre Jesús de Medinaceli, Santísimo Cristo de las Injurias y Nuestra Señora del Rosario. 

Durante el transcurso de la misma, la agente se percató de que el público se acumulaba alrededor de un banco gritando por lo que rápidamente decidió abrirse paso entre la mulittud para ver qué era lo que ocurría exactamente. 

Así, pudo comprobar que en el banco se encontraba sentada una mujer de avanzada edad sujetando entre sus brazos a un menor de unos dos o tres años, vestido de nazareno, al que zarandeaba de manera angustiosa y nerviosa. 

Sin dilación, apreciando en el niño síntomas de asfixia, tales como respiración dificultosa, agitación, baba en la comisura de la boca y la cara morada, lo sujetó sobre su brazo derecho, realizando la maniobra de Heimlich, dándole golpes en la espalda, entre los omóplatos, consiguiendo con ello liberar las vías repiratorias, las cuales estaban obstruidas por un caramelo de grandes dimensiones. 

Expulsado el caramenlo, el niño comenzó  a llorar, comprobando la actuante cómo éste recuperaba el pulso y la normalidad en la respiración, por lo que procedió a abrazarlo y calmarlo, entregándoselo posteriormente a su familiar.