CELIA CORDERO

 

Extremadura mejoró el pasado año en 2.451 su cifra de donaciones de sangre, pasando de 47.130 en 2014 a 49.581 en 2015, lo que supone un incremento del 5’2 por ciento y un total de aproximadamente 22.500 litros de sangre.

Con esa cifra, que equivale a 45’36 donaciones por cada mil habitantes, la región mejora el índice que obtuvo en 2014 (42’86/1.000), que ya le sirvió para situarse como la comunidad autónoma que más donaciones aporta en relación con su población, con un punto de diferencia sobre Castilla y León (41’8) y el País Vasco (41,7), y casi siete puntos por encima de la media nacional (36’2).

La mayor parte de las donaciones, cerca de 46.000, fueron recogidas por los equipos itinerantes del Banco de Sangre de Extremadura en las 721 colectas que realizaron en los pueblos y ciudades del territorio regional, mientras que los hospitales del SES contribuyeron con cerca de 3.900 donaciones.

También se incrementó en más de 800 personas el número de donantes, que pasó de 32.234 en 2014 a 33.051 en 2015, de los que casi 4.500 –cerca de un 6%– eran personas que donaban su sangre por primera vez.

Con las donaciones de los extremeños se obtuvieron en 2015 unos 22.500 litros de sangre, que después de ser procesados en el Banco de Sangre del SES se han convertido en aproximadamente 11.500 litros de hematíes, 8.000 litros de plasma y 2.700 litros de plaquetas, los tres productos sanguíneos más demandados en los centros hospitalarios.

Los hematíes son imprescindibles en los hospitales para utilizarlos durante las intervenciones quirúrgicas y en los procesos de reanimación, y también para atender a los heridos en accidentes de tráfico, a los pacientes que sufren hemorragias de cualquier origen o anemias crónicas.

Las plaquetas se utilizan en su mayor parte para suministrárselas a los pacientes que están recibiendo tratamiento por algún tipo de cáncer, ya que la quimioterapia y la radioterapia destruyen las plaquetas de nuestro organismo y es necesario reponerlas.

Y en cuanto al plasma, una parte del que produce el Banco de Sangre se utiliza para transfusiones, sobre todo a pacientes con insuficiencia hepática. Hay que tener en cuenta que un paciente trasplantado de hígado puede necesitar unas 20 unidades de plasma antes del trasplante, y otras tantas unidades después de la intervención.

El resto de este producto sanguíneo se entrega a la denominada industria fraccionadora, que a cambio de ese suministro entrega al SES productos farmacéuticos como albúmina o factores de coagulación obtenidos con ese plasma.

El Banco de Sangre y Tejidos de Extremadura comenzó a funcionar en el año 2002 como Centro Comunitario de Transfusión, con el objetivo de obtener, procesar y distribuir componentes sanguíneos de calidad a todos los hospitales de la región.

Cuenta con una plantilla de 44 profesionales y tiene su sede física en Mérida, si bien su ámbito de actuación es regional, tanto en lo que se refiere a la obtención de sangre (con más de 300 puntos de colecta en localidades, centros de trabajo, instituciones de enseñanza, etc.) como a la distribución, ya que se ocupa del suministro de todos los productos sanguíneos que se transfunden en la Comunidad, tanto en centros públicos como privados.

Diariamente cuatro vehículos de transporte distribuyen los productos sanguíneos solicitados por los centros sanitarios de la región, y además de esa distribución programada atienden una media de tres pedidos urgentes al día desde los centros hospitalarios.