ICIAR MUÑOZ

El Plan Especial de Regadío de Montaña en Extremadura, dirigido a los agricultores de los valles del Jerte, La Vera y el Ambroz, contará con 12 millones en una primera fase, de los que 4,5 millones se destinarán a la construcción de balsas y depósitos de agua.

El director general de Desarrollo Rural, Manuel Mejías Tapias, ha comparecido para informar del citado plan ante la Comisión de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias, Territorio, Administración Local e Interior de la Asamblea de Extremadura, que ha elegido como nuevo presidente al diputado popular Francisco José Ramos.

Manuel Mejías ha explicado que esta actuación se enmarca en la segunda modernización del regadío en Extremadura, en la que se buscar dar "un verdadero protagonismo a las comunidades de regantes" y que persigue dar solución a los problemas estructurales del regadío extremeño, entre los que se incluye la falta de almacenamiento de agua en los de montaña.

Por ello, este plan conllevará la construcción de balsas ubicadas en zonas altas, que tomarán el agua de las gargantas y que se llenarían en otoño, invierno y primavera, para garantizar el riego en la época estival.

Estas balsas, además, se completarán con una serie de depósitos de regulación aguas abajo que faciliten la distribución a las distintas zonas de riego, ha explicado el director general de Desarrollo Rural.

Para acometer estas actuaciones, la Junta sacará un decreto de ayudas para el que se prevé una dotación de 4,5 millones de euros, que servirán para ayudar a las comunidades de regantes a construir estas infraestructuras, financiadas en un 75 por ciento por la Administración extremeña, con lo que se prevé unas inversiones finales de unos seis millones de euros.

El Plan Especial de Regadío de Montaña contempla también, según Mejías, la introducción del riego localizado mediante la instalación comunitaria de las redes de distribución del agua desde las balsas y depósitos hasta las unidades de explotación, dada la pequeña dimensión de las parcelas, ya que en la inmensa mayoría de los casos no llega a una hectárea.

Para llevar a cabo esta infraestructura, el director general ha indicado que se contemplan dos opciones, seguir firmando convenios de actuación con la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias y las comunidades de regantes; o bien a través del decreto de modernización de regadíos de la Junta, que en su primera convocatoria cuenta con un importe de 10 millones de euros.

Asimismo, el plan establece la instalación de riego localizado en parcela, unas actuaciones que también se podrán llevar a cabo, a juicio de Manuel Mejías, a través del decreto de mejoras del regadío en explotaciones, cuya primera convocatoria está dotada con 2,5 millones de euros.

Mejías ha destacado que los regantes del Jerte, La Vera y el Ambroz necesitan de sistemas de riego "más racionales", que tengan "una mayor garantías de suministro, que sean menos gravosos en mano de obra y que sean más cómodos".

Por ello, con este plan, según ha dicho, se garantizan mayores rendimientos en los cultivos y mejor calidad de vida para los agricultores, lo que se traduce también en desarrollo económico, empleo y fijación de la población rural al medio.

Para el portavoz del PP en la comisión, José Antonio Echávarri, éste "no es un plan especial de regadío de montaña", sino simplemente unas actuaciones para la modernización y mejora del ya existente.

En su opinión, el plan presentado por el director general de Desarrollo Rural solo supone "una voluntad de hacer pero fiado a largo tiempo".

En esa misma línea se ha manifestado la diputada de Ciudadanos, María Victoria Domínguez, quien ha acusado a la Junta en esta materia de trasladar su gestión de gobierno a "mesas y mesas".

Para la parlamentaria de Podemos Irene de Miguel, "hay que replantearse el papel del regadío en un nuevo contexto del Desarrollo Rural más complejo" y su gestión y planificación "no puede desligarse de los efectos que tendrá el cambio climático".

Teresa Macías, por parte del PSOE, ha definido el plan presentado por Manuel Mejías como "un proyecto político para el regadío de montaña y la agricultura de conservación" y ha aplaudido, además, que todo se haga "con el aval del territorio".