ISABEL BARRANTES 

 

Extremadura cuenta con seis reservas naturales fluviales, una nueva figura de protección que tiene como objetivo preservar aquellos tramos de ríos con escasa intervención humana y en buen estado ecológico. Se trata de una medida aprobada por el Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

El consejo ha acordado la declaración de las primeras 82 reservas naturales fluviales de España en el ámbito de diez demarcaciones hidrográficas en las que las competencias las ostenta el Estado entre las que se encuentran el Cantábrico Occidental, Cantábrico Oriental, Duero, Ebro, Guadalquivir, Guadiana, Júcar, Miño-Sil, Segura y Tajo.

En el caso de Extremadura, esta declaración afecta a tres tramos de la cuenca del Tajo y otros tres de la del Guadiana, lo que supone un total de 260,96 kilómetros.

En la demarcación de la Confederación Hidrográfica del Tajo se amparan bajo esta catalogación  los ríos Barbaón, Malvecino y Almonte.

Por su parte, en la cuenca del Guadiana se han declarado como reservas naturales fluviales las riveras de Albarragena del Fraile y del Alcorneo hasta el río Gévora y el Gargáligas alto.