Las investigaciones de los expertos en incendios y explosiones de la Policía Judicial han confirmado que la explosión que se produjo el pasado 29 de marzo en Coria fue accidental, lo que descarta cualquier hipótesis de intencionalidad.

La deflagración provocó grandes desperfectos en siete viviendas y más de treinta sufrió pequeñas roturas de persianas y cristales.

Además de los daños materiales, la explosión se saldó con un herido que continua en la unidad de quemados del Hospital de Getafe.