El Juzgado de lo Penal número 2 ha emitido una sentencia que condena a penas de prisión a los miembros de una banda organizaba dedicada a expoliar yacimientos arqueológicos en Cáceres con el fin de vender los elementos extraídos a coleccionistas. Esta sentencia es pionera en España y, además, obliga a pagar una sanción de más de 127.000 euros.

 

Diez de los doce integrantes del grupo ya han sido condenados y otro de ellos se encuentra pendiente de resolución por padecer una enfermedad grave. El último de los participantes ha fallecido recientemente.  Para llevar a cabo las investigaciones fue necesaria la coordinación de la Guardia Civil, la Fiscalía de Medio Ambiente y la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Extremadura.

 

En total se llevaron a cabo seis registros domiciliarios que permitieron recuperar más de 7.500 objetos arqueológicos sustraídos de diez yacimientos en Jaraíz de la Vera, Monroy, Trujillo y Talayuela.

 

La fiscal del ramo de Medio Ambiente de Cáceres, Olga Suárez, ha declarado que esto supone una “sentencia pionera” porque es la primera vez que se juzga a una banda organizada por estos delitos y, además, se ha tenido en cuenta el daño que han efectuado en los yacimientos arqueológicos al desenterrar estos elementos.

 

La Guardia Civil llevó a cabo esta investigación, bajo el nombre de operación Bahía, contó con escuchas telefónicas autorizadas por un juez instructor que aportaron información clave como la relación entre los miembros del grupo y arrojó los indicios suficientes como para llevar a cabo los registros domiciliarios.

 

Según han indicado los representantes de la Guardia Civil, la importancia de esta sentencia radica en que con ella “se abre la puerta” a otras condenas penales por delitos contra el patrimonio histórico que, en ocasiones anteriores, solo eran sancionadas por la vía contencioso-administrativa.

 

La Guardia Civil ha indicado que entre todos los elementos sustraídos destacan monefas, anillos, fíbulas, puntas de flecha, botones o hebillas entre otros procedentes de la cultura íbera, romana, visigoda y árabe de un “gran valor histórico” según han apuntado desde el Gobierno de Extremadura.