El Gobierno de Extremadura ha aumentado en 1,2 millones de euros el presupuesto destinado al diagnóstico de enfermedades de la ganadería; al pasar de 10,37 millones de euros del último presupuesto del anterior Ejecutivo regional en 2011 a los 11,5 millones de euros ejecutados el pasado año; lo que demuestra la prioridad y el compromiso de la Administración autonómica con la sanidad animal.

Las críticas del PSOE extremeño sobre la tuberculosis bovina solo buscan generar alarma entre los ganaderos, pero es el resultado de una política proteccionista de especies cinegéticas realizada por el anterior Gobierno, que generó un desequilibrio poblacional con un incremento  espectacular en sus censos, lo que obliga a estas especies cinegéticas a tener que buscar nuevos hábitats para su sustento, de ahí que actualmente se localicen en lugares en donde no era habitual encontrarlas. 

Sin embargo, el Gobierno extremeño aumenta el presupuesto para diagnosticar enfermedades; y su política sanitaria viene dictada por Programas Sanitarios de Marco Nacional, que se cumplen escrupulosamente en la comunidad autónoma.

Antes de hacer estas manifestaciones, el PSOE debería preguntar al sector ganadero qué opinión tiene de la política sanitaria que se viene desarrollando en Extremadura sobre la tuberculosis, porque actualmente se están desarrollando medidas complementarias que el anterior Ejecutivo socialista ni tan siquiera se planteó, ya que nunca reconoció que la tuberculosis fuera un problema que afectara también a la especies cinegéticas.