El Secretario General de Educación, César Díez Solís, ha cesado a dos jefes de servicio tras conocer que los datos presentados en la solicitud de escolarización de su hija no se correspondían con la realidad, comportamiento que ponía en entredicho la dignidad de la Administración educativa, afectando a la credibilidad ante los ciudadanos.

Se trata del jefe de Servicio de Coordinación Educativa y de la jefe de Servicio de Evaluación Educativa que habían escolarizado a su hija en un centro educativo que no le correspondía.

La actitud de los jefes de servicio, aún en su esfera privada, es incompatible con el proceder de cualquier empleado público, mucho más cuando su comportamiento se vincula al área en el que desempeñan sus funciones comprometiendo gravemente su obligada objetividad, imparcialidad y el propio respeto al principio de legalidad.

Todo ello conocido a la vista del informe de la inspección que constata que los datos presentados en la solicitud de escolarización no se corresponden con la realidad.