La Junta de Extremadura ha mostrado hoy su apoyo a las reivindicaciones de los regantes del Guadiana y del Tajo ante la subida de las tarifas eléctricas que ha conllevado que este sector, que era uno de los más competitivos en 2008, haya pasado a ser uno de los más perjudicados por el aumento de los precios de la electricidad.

El presidente del Gobierno de Extremadura, José Antonio Monago, junto al consejero de Agricultura, José Antonio Échevarri, se ha reunido hoy con representantes de las asociaciones de regantes de las dos cuencas extremeñas.

El coste de la potencia contratada se ha elevado considerablemente en los últimos años perjudicando seriamente a este sector que sólo consume energía en determinados meses, si bien debe afrontar el pago de los kilovatios contratados al mismo precio durante todo el año.

Echávarri asegura que tras las inversiones realizadas en la modernización del regadío extremeño con la intención de conseguir la eficiencia energética, los regantes se sienten ahora penalizados, hasta tal punto que el regadío ha dejado de ser competitivo e insostenible en las circunstancias actuales.

El Gobierno autonómico ha presentado una serie de alegaciones ante el Ejecutivo nacional con la intención de resolver este asunto, proponiendo tarifas especiales para los regantes o diferenciar el coste energético entre los meses en que se riega y los que no. De momento no ha habido respuesta.

Por su parte, el presidente de las asociaciones de regantes de la cuenca del Guadiana, Javier Aguado, ha solicitado el apoyo personal e institucional del presidente Monago, ya que asegura que sin el respaldo del Ejecutivo extremeño será difícil resolver el problema planteado por los costes de la electricidad.

Costes que, según Aguado, ponen en peligro el mantenimiento de los regadíos que están sufriendo unas consecuencias que hacen inviable la continuidad del sector, por lo que se necesitan medidas urgentes que solucionen esta cuestión.

El presidente de las asociaciones de regantes de la Cuenca del Tajo, Francisco Gómez, asegura que el encarecimiento importante de las tarifas eléctricas ponen en peligro el mantenimiento de las zonas regables, ya que para los agricultores resulta absolutamente imposible asumir los gastos, con lo que tendrán que dejar de regar la hectáreas de regadío que no son productivas y Extremadura no se puede permitir eso.