La Guardia Civil ha detenido en una localidad de Alicante a dos varones, J.G.M. y E.L.A.W., ambos de 32 años de edad, como presuntos autores de 13 delitos de estafa bancaria y de otros 13 delitos de falsificación de documento mercantil, perpetrados todos ellos en estos últimos meses.

Los hechos se iniciaron el pasado mes de septiembre, con ocasión de una denuncia por presunta estafa, interpuesta en la provincia de Burgos. El perjudicado relataba que había abonado una cantidad económica importante, como pago por la compra de una plataforma articulada, anunciada a través de una página de Internet, y que nunca recibió. Efectuada la transferencia la persona con la que contactó desapareció.

El Equipo de Policía Judicial de Miranda de Ebro, iniciaba una investigación con apoyo de la Unidad Orgánica, que daba como resultado la aparición de varios hechos similares repartidos por todo el territorio nacional siendo cotejada, durante estas últimas semanas, abundante documentación.

Las pruebas e indicios encontrados llevaban a los investigadores hasta la provincia de Alicante, donde a primeros del presente mes se detenía a dos personas, a las que se las vincula con un total de 13 hechos delictivos por estafa denunciados en varias provincias españolas, entre ellas, una denuncia registrada en las dependencias de la policía de Plasencia el pasado mes de marzo.

Un registro judicial al domicilio de ambos ha permitido la intervención de un ordenador y 5 pen drive, que están siendo analizados, varias tarjetas de crédito, cartillas de ahorro bancarias y documentación variada que les vincula con los hechos; 11 terminales móviles, 2 pistolas y tres carabinas de aire comprimido, 5 cuchillos con simbología nazi, 1 puño americano, 1 juego de grilletes y 1 par de emisoras. También se ha encontrado numerosa propaganda afín al citado grupo. Se investiga la posible vinculación de ambos detenidos a colectivos “skinhead”.

Modus Operandi

Publicaban un anuncio en Internet, en una página relacionada con venta de maquinaria de segunda mano, aportando nombre y datos de una empresa real. Sin embargo se facilitaba un número de teléfono de contacto que nada tenía que ver con el auténtico y respondía una persona que se hacía pasar por el representante de la empresa.

Los interesados, recibían un fax adjuntando facturas “pro forma” falsas pero cuyos datos coincidían con los de la empresa verídica; en ellas figuraba una cuenta bancaria (abierta previamente por los implicados) para efectuar la transferencia.

Si algún comprador recelaba, al consultar la empresa en internet, aparecía como real. Ingresado el dinero, se retiraba al día siguiente dejando una mínima cantidad para no cancelar la cuenta y así levantar sospechas. Las investigaciones han sido dirigidas por el Juzgado de Instrucción de Briviesca, en coordinación con Policía Judicial de la Comandancia de Burgos.