CCOO rechaza la medida aprobada por el Gobierno regional de poner en marcha un cheque bebe de 1400 euros en municipios de menos de 3.000 habitantes como medida de fomento de la natalidad y para impedir su despoblamiento.

Desde CCOO considera que la mejor forma de aumentar la natalidad y de fijar población en la zonas rurales es creando más y mejor empleo y manteniendo e incrementado los servicios que faciliten la conciliación de la vida familiar y laboral.

Medidas como las anunciadas hoy tratan de enmascarar el desmantelamiento progresivo que el Ejecutivo de Monago está realizando de aquellos servicios públicos que permiten la mejor conciliación de la vida laboral y familiar de hombres y mujeres.

CCOO recuerda que el sindicato se opuso también al cheque bebe que aprobó hace años en términos parecidos el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.

Ahora el PP se empeña en vender su “preocupación por las mujeres” como políticas de igualdad, mientras las expulsa del mercado laboral con su política su política económica y los recortes en servicios básicos.

El mejor reconocimiento de las extremeñas en el sistema productivo de esta región es un empleo digno, estable y no discriminatorio.

Y la mejor transferencia de conocimientos  que pueden hacer las empresas extremeñas es la despenalización de la maternidad, evitando que esta situación signifique a la postre un motivo de discriminación o de pérdida del puesto de trabajo.

Así, incrementar las oportunidades de empleo en las zonas rurales es el primer paso que mujeres y hombres construyan proyectos de vida, a la vez que se evita el despoblamiento.

Conciliar tiempos de vida y trabajo  mediante servicios públicos de calidad es indispensable para el impulso de la igualdad de oportunidades.

Todo ello acompañado de políticas de sensibilización que incidan en el cambio cultural necesario para consideración de las tareas de cuidado como una responsabilidad compartida por hombres y mujeres.

CCOO se reafirma en la idea de que las políticas pronatalistas por sí solas no garantizan el aumento de la población, menos en contextos de crisis.

Ninguna política será eficaz en este sentido si no va acompañada de otras políticas sociales, económicas y culturales que permitan una red de servicios públicos de atención a la infancia y dependencia, una despenalización de la maternidad en las empresas y un cambio cultural en el papel de hombres y mujeres en la corresponsabilidad familiar.