La organización agraria Apag Extremadura Asaja ha denunciado la situación crítica por la que atraviesan los cerealistas de la región motivada porque las cotizaciones en las lonjas de los cereales caen en picado y a su vez denuncia que el precio de los piensos  no bajen ni mucho menos en la misma proporción en perjuicio de los ganaderos. Este malestar e impotencia están siendo trasladados diariamente a esta organización por parte de los ganaderos.

Prueba de ello son las cifras oficiales siguentes:

Según las cotizaciones oficiales de la Lonja de Extremadura, entre agosto de 2012 y agosto de 2013 el descenso de cereales como la cebada y el trigo blando para pienso se aproximó al 30% , lo que representa una reducción entre el 70% y el 75 euros/tonelada.

El maíz también ha experimentado un descenso próximo al 17% en el periodo antes reseñado, desde valores máximos de 260/280 euros/tonelada que se dio en agosto de 2012 a situarse ahora alrededor de 220 euros/tonelada. Tan sólo la soja, todo ella de importación, no ha experimentado en el periodo 2012/2013 grandes cambios en los mercados, situándose siempre en estos niveles altos de precios.

Sin embargo, si se compara en el mismo periodo los precios de los piensos, observamos que el precio del pienso del porcino ibérico extensivo sólo ha descendido un 9%; el del  vacuno (cebo de terneros y tacos para vacas) ha sido el 8%. Y el pienso de cebos para el cordero ha experimentado una caída del 8,5%.

Con estos datos, no parece muy lógico –salvo por el nivel especulativo de algunos aprovechados- que un descenso sobre el 30% en los cereales de invierno y del 17% en el  maíz no repercuta en la misma medida en el precio de casi todos los tipos de pienso.

 Estas cifras confirman que los ganaderos siempre son, al final, los grandes perjudicados de este sistema. Ellos aseguran que están muy cansados de padecer esta lamentable situación, a la que se suma en sus desorbitados costes no sólo los de la propia alimentación animal sino también una serie de gastos añadidos como el gasóleo, la electricidad o los del ámbito sanitario, cuyos precios están siempre en continúo ascenso, además de estar a expensas de los factores climatológicos.

 

 

Todo ello coloca a los ganaderos extremeños al borde del abismo al poner en serio peligro la viabilidad de sus explotaciones, ya de por sí reducidas en los últimos tiempos, teniendo en cuenta que las diferencias de los márgenes comerciales siguen siendo cada vez menores –incluso en algunas ocasiones vendiendo sus productos con pérdidas- mientras que los ganaderos siguen cobrando lo mismo por sus productos pero sin embargo tienen que asumir mayores costes de producción.

 

Por eso, exigimos que las administraciones competentes se impliquen y pongan de una vez soluciones a los problemas reales del sector.