Las dos mujeres fallecidas en el incendio ocurrido anoche en Coria descansan ya en el cementerio de Aldeacentenera, localidad natal de la familia, tras celebrarse una eucaristía por sus almas en la capital cacereña, donde han permanecido los cuerpos desde que fueron trasladados anoche al Instituto Anatómico Forense para proceder a realizarle la autopsia.

La familia ha querido terminar con este episodio cuanto antes para vivir su dolor en la intimidad y tras la celebración del funeral que ha tenido lugar a las 18.00 horas, la comitiva se ha trasladado esta tarde a Aldeacentenera donde se ha dado sepultura a la madre y la hija, en el mismo panteón donde ya descansaba el marido y padre de las víctimas.

Por su parte, la Policía Científica continuará con sus investigaciones y probablemente hasta el lunes no se conozcan los resultados que determinen las causas y el origen del incendio que ha ocasionado esta tragedia. Se ha confirmado es que el fuego se inició en una de las habitaciones del inmueble y el viento avivó las llamas, ya que estaban abiertas varias puertas y ventanas para sofocar el calor y la corriente de aire provocó que el fuego avanzase en cuestión de minutos.

El alcalde de Coria, José Manuel García Ballestero ha reconocido que desde el primer momento se temía lo peor cuando se conoció que en su interior vivían dos mujeres, una de ellas de avanzada edad e impedida. La desgracia ocurrió en cuestión de minutos y cuando había transcurrido una hora del inicio del incendio se confirmó la muerte de las dos víctimas por inhalación de humos y gases. A las tres de la mañana el forense dictaba la orden de levantamiento de los dos cadáveres.

Las dos mujeres vivían solas. La hija, de 47 años, estaba soltera y cuidaba de su madre que estaba impedida. A falta de confirmar los resultados de la autopsia se cree que murieron intoxicadas, ya que ambas fueron encontradas en sus respectivas habitaciones y en la cama. La madre de 88 años tiene otros tres hijos más, dos de ellos viven en la misma calle, y la confusión del momento hizo pensar que quizás no estuviesen en casa, ya que no había habido ningún grito de auxilio.

Los inquilinos de la planta inferior del inmueble, una mujer, su hija y su nieto, fueron desalojados y trasladados a un hotel de la ciudad. De hecho, la mujer de 78 años también fue atendida por inhalación de humos y ya se ha recuperado.

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