Familiares de Valentín Parra, trabajador de 58 años fallecido en el accidente laboral ocurrido el pasado jueves en la industria oleícola de Moraleja, han pedido que se aclaren las circunstancias en las que ocurrió la deflagración que también costó la vida del ex encargado de la fábrica, Alberto Lozano de 88 años,  y que mantiene en paradero desconocido a otro joven empleado de 30 años, José Miguel Santos Martín.

Familiares de Valentín Parra han manifestado públicamente que ante esta situación "no hay consuelo ninguno",  piden fuerzas para poder "vivir sin él", y demandan que "los culpables de esta desgracia paguen por ello".

También los familiares de José Miguel Santos Martín manifestaban horas después de producirse el suceso que ellos sabían que esto iba a pasar. "Él (José Miguel) sabía que iba a morir dentro", afirmaron a los periodistas que se encontraban junto a la fábrica siniestrada, Industrias Oleícolas Sierra de Gata. "Los propietarios lo sabían porque se lo habían dicho los empleados", indicaron los familiares a los medios de comunicación.

LARGA ESPERA

Mientras, en Moraleja la familia de Santos Martín espera con tristeza saber si  los restos biológicos que fueron hallados el sábado en el interior de la industria oleícola de Moraleja pertenecen al joven trabajador desaparecido. El domingo también se encontró en la fábrica una puntera metálica de una bota de seguridad que  está siendo analizada para concretar a qué empleado pertenecía.

Son los investigadores  del Instituto de Criminología de Madrid quienes trabajan con celeridad en este caso para determinar  si las muestras halladas en el interior de la empresa siniestrada corresponden o no  al único empleado que continúa desaparecido tras la deflagración, ya que en el accidente murieron otras dos personas, un trabajador de 58 años y el ex encargado de la industria, un jubilado de 88 años que ya han recibido sepultura.