Cientos de personas han dado su último adiós a  Valentín Parra, trabajador de 58 años de edad fallecido en el accidente laboral que este jueves se producía en una industria oleícola de Moraleja tras explotar con un depósito de hexano.

El obispo de la Diócesis de Coria-Cáceres, Francisco Cerro Chaves,  ha estado presente en el acto religioso que ha tenido lugar en la Iglesia de Nuestra Señora de la Piedad. También asistieron a la misa-funeral la vicepresidenta del Gobierno de Extremadura, Cristina Teniente; el consejero de Agricultura, José Antonio Echávarri Lomo; Fernando Manzano, presidente de la Asamblea de Extremadura, entre otras autoridades regionales y locales.

Los restos mortales de Valentín Parra se hallaron en torno a las cinco de la tarde del jueves, tras una intensa búsqueda por parte de efectivos del SEPEI llegados desde distintos parques de bomberos de la provincia de Cáceres.

Los restos se encontraban en la zona donde se encontraba el tanque de hexano que explotó. Hubo que enfriar el área para acceder a este punto de la fábrica, Industrias Oleícolas Sierra de Gata S.A.

Valentín había nacido en la localidad cacereña de Arroyo de la Luz, durante años había residido en la localidad de colonización de Vegaviana y desde hacía tiempo vivía en Moraleja. Tenía dos hijas de 29 y 32 años de edad. El fallecido estaba casado  y era una persona muy conocida en el municipio.

Cuando ocurrió la explosión había cinco trabajadores cuando dos han fallecido, otro aún permanece en paradero desconocido,  otro empleado resultó ileso y otro de los miembros de la plantilla  sufrió una crisis de ansiedad. Se da la circunstancia de que este último trabajador es padre del joven de 30 años que no aparece después de se registrara la explosión.