El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha convocado para mañana martes 20 de marzo una reunión de la ‘mesa de la sequía' para analizar las repercusiones de la actual situación meteorológica, que tiene asolado al campo extremeño debido a la falta de lluvias.

Manuel Laparra, presidente de APAG EXTREMADURA ASAJA, espera que las expectativas despertadas entre los agricultores y ganaderos ante este encuentro "no se vean frustradas" y se de "un paso adelante" que es urgente ante la dramática situación por la que pasa el sector. Laparra recuerda que las escasas lluvias caídas en la región a finales de la semana pasada sólo han aliviado, y en una mínima parte, a la siembra de cereales en la zona de la Campiña Sur, pero en nada a la situación dramática de la ganadería extensiva, como el sector del ovino, vacuno, cerdo ibérico y apicultura.

Así se lo hizo saber el pasado jueves el presidente de esta organización agraria, junto con los representantes nacionales de Asaja,  a la secretaria general del Ministerio, Isabel García Tejerina, y al subsecretario Jaime Haddad, a los que pidió un esfuerzo extra con el sector extremeño, terriblemente afectado por la sequía. Laparra insistió en las reivindicaciones que viene realizando durante todo este tiempo, como que Agroseguro declare el mes de febrero como sequía extrema en toda la región, y no sólo en la provincia de Cáceres y en las comarcas de Alburquerque y Badajoz, y además de que se prorrogue  a los agricultores  los préstamos bancarios que les cumplen ahora.

De forma paralela, y después de la constitución de esta ‘Mesa de la sequía', APAG EXTREMADURA ASAJA insta al consejero de Agricultura del Gobierno de Extremadura, José Antonio Echávarri, a volver a convocar a las organizaciones agrarias debido a esta crisis para conocer de primera mano las gestiones que ha realizado ante el Ministerio en Madrid, adonde acudió el pasado lunes para intentar que se aprobasen en la Conferencia Sectorial una serie de medidas concretas, aprobadas de forma consensuada con todo el sector. El objetivo es paliar en la medida de lo posible las pérdidas, que se cifraban hace ya dos semanas en más de 120 millones de euros, estando además en peligro miles de explotaciones agrícolas y ganaderas en toda Extremadura.