Un accidente de tráfico con resultado mortal puso fin a la rocambolesca fuga de tres miembros de una familia extremeña que abandonaban A Estrada en un potente BMW tras ser descubiertos cuando presuntamente intentaban cometer una estafa que resultó fallida. El vehículo, que huía de la Guardia Civil, se estrelló a última hora de la mañana del miércoles en la N-640, a la altura del doble carril ascendente de las curvas de A Rocha, en el término municipal de A Estrada, según informa el Diario La Oponión de La Coruña.

A.I.P.C, de 38 años y vecina de Talayuela (Cáceres), falleció en el acto en el asiento del copiloto, mientras que su sobrino y conductor del turismo, P.C.P., de 35 años y vecino de Navalmoral de la Mata (Cáceres), resultó herido leve. La mujer que viajaba en el asiento trasero -C.P.C., de 29 años, hermana de la fallecida y también vecina de Talayuela (Cáceres)- resultó herida grave.

El accidente se produjo a consecuencia de una salida de vía por el margen derecho y la consiguiente colisión lateral del vehículo contra un talud vertical de piedra que despidió de nuevo al turismo hacia la calzada. La mujer herida grave fue evacuada al Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) en helicóptero, mientras los bomberos excarcelaban a la víctima mortal, añade el rotativo La Opinión.

El turismo de los presuntos estafadores fue localizado hacia las 12.45 horas por una de las patrullas de la Guardia Civil que lo buscaba después de que huyeran de A Estrada al verse descubiertos por la que debía ser su víctima, que en una sucursal bancaria relató que le pedían unos 8.000 euros a cambio de un sobre con 60.000 en billetes que una mujer rompía en la calle, por lo que alertaron a la Guardia Civil. Los tres extremeños descubrieron el gesto de la mujer a los agentes identificándoles y se dieron a la fuga.

Dolores Silva, la vecina de Curantes a la que pretendían estafar en la calle, relató lo ocurrido. Vio a una de las mujeres "nerviosísima" tratando de romper billetes de 50 euros. Le explicó que cuidaba discapacitados y que debajo del asiento de un tren había encontrado un paquete con billetes. Habría afirmado que su fe en Dios y la Virgen le impedía quedarse con ese dinero. Cuando la vecina de Curantes le dijo que no podía romperlo, le ofreció dárselo si le demostraba que tenía dinero, en metálico o incluso mostrándole una libreta bancaria. En ese momento llegó la otra compinche y se ofreció a quedarse con el dinero. La primera le respondió que en primer lugar estaba la vecina de la zona y le pidió si podía demostrar que no era pobre. Al afirmar que no tenía dinero ni libreta bancaria, la segunda mujer le aconsejó ir a la entidad financiera.

En ese momento, el varón se bajó del BMW. Dijo ser abogado y que el tema no podía tratarse en plena calle a la luz del día. Dado que la vecina de Curantes se negó a subir al coche, la segunda mujer se ofreció a acompañarla al banco. Para entonces, ya le habían pedido 6.000 o 8.000 euros a cambio del dinero que le habían mostrado dentro de un bolso.