La Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía del Gobierno de Extremadura ha manifestado a Radio Interior que no entrará en el debate de nombres "que parece haberse abierto" sobre la persona que ostentará la presidencia de Cetarsa.

En la misma línea se han posicionado  desde el Ministerio de Agricultura después de que  se publicará  que la organización agraria Asaja se encuentra ejerciendo presión sobre el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y la Junta de Extremadura para situar a Tomás Sánchez Várez como presidente de la Compañía Española de Tabaco en Rama, S.A. (Cetarsa).

Sánchez Várez es presidente de la agrupación SAT Asociaciones Agrupadas TAB, mayoritaria en el sector e integrada en Asaja. En el año 2001 fue cesado como presidente de la Federación Nacional de Cultivadores de Tabaco después de que los medios de comunicación denunciasen numerosas actuaciones que pusieron en entredicho su gestión.

El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, se encuentra buscando una persona de perfil ejecutivo para la presidencia de Cetarsa, por lo que inicialmente se había pensado en Cristina Morientes, que ya ocupó la dirección general de la empresa pública cuando fue presidida por Isidoro Hernández-Sito.

Sin embargo, García Blanco, el presidente de Asaja Cáceres, la organización agraria vinculada al Partido Popular, ha ejercido presiones ante el Ministerio de Agricultura y la Junta de Extremadura para posicionar a Sánchez Várez, ya que mantiene desavenencias con Morientes, esposa de Curro Simón, que fue jefe de gabinete con la ministra Loyola de Palacio.

García Blanco preside desde hace años Asaja Cáceres gracias al apoyo de SAT Asociaciones Agrupadas TAB, que es la agrupación de mayor peso en la organización agraria debido a su elevado número de socios y al poder que concentra en los procesos electorales.

LA TRAMA DE ASAJA

Tomás Sánchez Várez no es la primera vez que opta a la presidencia de Cetarsa, pues en el año 2000 ya dirigió una maniobra contra el entonces presidente, Isidoro Hernández-Sito. En aquella fecha, Sánchez Várez urdió una trama conjuntamente con el presidente de Asaja, García Blanco, y su secretario general, Alfonso Sánchez-Ocaña, quienes remitieron un fax a Arias Cañete en el que solicitaban el cese de Hernández-Sito como presidente de la compañía.

Lejos de atender sus peticiones, Arias Cañete remitió una copia del fax al presidente de Cetarsa, que fue confirmado en su puesto. Días después, los directivos de Asaja se vieron obligados a remitir un nuevo escrito de disculpa al ministro de Agricultura y confirmaron que todo obedeció a una maniobra orquestada por Sánchez Várez.

El candidato a presidir Cetarsa fue acusado de percibir de la empresa pública un precio más elevado que el resto de agricultores por la venta de su cosecha de tabaco por gozar de una posición de privilegio. También se le acusó en prensa de conceder créditos a interés cero a sus amigos mientras que el resto de agricultores disponían de condiciones de mercado.

Las actuaciones de Sánchez Várez, aireadas en prensa, le costaron el puesto de presidente de la Federación Nacional de Cultivadores de Tabaco en el verano de 2001.