APAG EXTREMADURA ASAJA ha alertado sobre la "catastrófica" situación en la que se encuentra en la actualidad el sector del porcino ibérico en Extremadura, un hecho que se ha venido produciendo en los últimos años y que ha derivado en una auténtica agonía para la inmensa mayoría de los criadores de cerdos.

El sector llama la atención sobre los precios de venta, que están por los suelos, ante el sometimiento que han establecido los industriales, que se aprovechan de la crisis de venta para comprar los ejemplares a unos precios ridículos, lo que está hundiendo irremisible a los productores. A ello se une el incremento importante de los precios de los piensos, base de la alimentación de las especies, ante la escasez de la bellota de esta temporada.

La situación ha derivado a una "desesperación total" de los productores que han podido aguantar su cabaña en los últimos tiempos, aunque desgraciadamente muchos de ellos en Extremadura ya han tenido que cerrar sus instalaciones por no poder dar salida a sus cochinos, convirtiéndose, muy a su pesar, en los grandes olvidados de la administración.

Sin embargo, el hecho real es que las explotaciones se encuentran en estos momentos bajo mínimos, arrastrando unas pérdidas enormes, dejando a sus titulares completamente desamparados dentro de un sector que no recibe ningún tipo de ayuda de la administración, cuestión que no ocurre con otro tipo de producciones. Especialmente grave es el caso en Extremadura, que cuenta con la mayor superficie de dehesa de todo el país y el mayor censo de producciones de cochinos.

Por eso, APAG EXTREMADURA ASAJA exige al gobierno extremeño una intervención urgente para paliar, en la medida de lo posible, la degeneración al que se han visto abocados los productores del porcino ibérico extremeño, cuya riesgo de desaparición total está ya muy presente, lo que arrastraría, además, al desarrollo sostenible de la dehesa extremeña, cuyo principal pilar es el cerdo, que posibilita la conservación medioambiental además de una generación de empleo cada vez, desgraciadamente, más en declive en el campo extremeño.