La Compañía Española de Tabaco en Rama (Cetarsa) es la mayor empresa pública que existe en Extremadura con dos centros de producción, en Navalmoral de la Mata y en Talayuela, y con una facturación cercana a los 48 millones de euros. En los próximos días, el nuevo ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, tendrá que decidir junto con el nuevo presidente de la SEPI, su máximo accionista, quién será el encargado de presidir la tabaquera extremeña.

Según recoge la publicación Caudal Extremadura, en su anterior etapa como ministro de Agricultura, Arias Cañete mantuvo en el cargo de presidente de Cetarsa a uno de los históricos del PP extremeño regional, Isidoro Hernández Sito, que ya había accedido a este cargo cuatro años antes de que Arias Cañete llegara al Ministerio.

La idea de Arias Cañete es buscar, con la aprobación de la Junta de Extremadura, un perfil ejecutivo y no político para la futura presidencia de Cetarsa, para no repetir la experiencia anterior, en el que el debate sobre la posible privatización de la compañía centró la gestión de Isidoro Hernández Sito, sin olvidar el cierre de la factoría de Granada.

Además de los problemas que acarreó a la compañía tabaquera las inversiones de 150 millones de las antiguas pesetas en la sociedad de valores Gescartera entre noviembre del 2000 y abril del 2001.

Hace ahora más de un año, durante un debate con políticos y empresarios del sector tabaquero celebrado en Extremadura, el entonces parlamentario del PP, Miguel Arias Cañete, aseguró que los principales problemas para el tabaco pasan por el frente común de varios ministerios -liderados por Sanidad- contra su consumo; por la constante subida de los impuestos al mismo y por los problemas en el seno de la Interprofesional del sector.

Tres problemas que amenazan con seguir en los próximos meses de plena actualidad: no es probable que la Ley Antitabaco en los bares se levante; es posible una subida de los precios del tabaco y alcohol para aumentar los ingresos, y las posiciones entre productores y grandes tabaqueras cada vez están más distanciadas en cuanto a los precios del tabaco en rama, sobre todo ante la supresión de las ayudas europeas.

Durante los últimos meses, Arias Cañete ha sido uno de los parlamentarios del PP más críticos con la Ley Antitabaco porque considera que "tiene más contenido represivo del necesario".

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