Con motivo de la celebración del Día Europeo de la Salud Prostática durante esta semana, la Consejería de Salud y Política Social se suma a esta iniciativa divulgativa con la intención de concienciar a la población general, autoridades y profesionales sanitarios, sobre la prevención y diagnóstico precoz de patologías de la glándula prostática, como la hipertrofia benigna de próstata, la prostatitis, y especialmente el cáncer de próstata.

En relación al cáncer de próstata, es la tercera causa de muerte por cáncer en hombres después del de pulmón y colon, y también el más frecuente en países occidentales. Tiene una incidencia similar al de mama en la mujer, es decir, uno de cada diez varones será diagnosticado de cáncer de próstata a lo largo de su vida, por lo que se recomienda al varón que acuda a su médico de Atención Primaria y al urólogo para las revisiones periódicas de la glándula prostática.

La causa exacta de este tipo cáncer es desconocida, aunque los especialistas señalan que un posible factor de riesgo es la dieta. De esta manera, se recomienda seguir dietas con predominio de alimentos de origen vegetal que animal.

La detección precoz del cáncer de próstata con tratamiento adecuado, tiene una posibilidad de curación del 90%. Actualmente existen dos pruebas que permiten el diagnóstico precoz del cáncer de próstata: el tacto rectal y la determinación del antígeno prostático específico en sangre, conocido comúnmente como el PSA.

Estas pruebas deberían realizarse anualmente a partir de los 50 años, cada seis meses si existe alguna alteración que obligue a un seguimiento, y a partir de los 45 años si existen antecedentes familiares de este tumor, o si es de raza negra, ya que tienen el doble de posibilidades de padecerlo en relación a la raza blanca.

Cuando el cáncer de próstata está localizado en la glándula, existen dos opciones de tratamiento: la cirugía o prostatectomía radical que puede ser abierta, laparoscópica o robótica; y la radioterapia, que puede ser externa o intraprostática, denominada braquiterapia. Esta técnica consiste en introducir, guiado por ecografía, pequeñas agujas con radioactividad, que colocadas en el interior de la próstata, emiten radiaciones sin afectar a órganos vecinos.