Centenares de devotos despidieron en la tarde de ayer el septenario celebrado en honor a la Virgen de los Remedios, patrona de Valencia de Alcántara, con el traslado de la imagen desde el casco urbano hasta el santuario, situado a unos dos kilómetros.

La emotiva cita incluyó la imposición de las medallas a los nuevos hermanos que se incorporan a la Hermandad de la Virgen de los Remedios. El acto se desarrolló  en el marco de una misa en la que se les colocaron  las medallas y actuó el grupo local Juéllega Extremeña, tal y como informó Fermín Márquez, miembro de la junta directiva.

En torno a las siete de la tarde se procedió al traslado de la Virgen al Santuario, situado a unos dos kilómetros del casco urbano, y cuyo camino se ha mejorado y asfaltado recientemente, recordó Ángel Melara, otro de los miembros de la directiva de este colectivo religioso.

La procesión estuvo acompañada de cientos de fieles y  de la música interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores de la Asociación Los Castúos de Valencia de Alcántara y de los sones de la Banda de Música de la población lusa de Castelo de Vide. Como manda la tradición, los devotos se llevaron una rosa natural para recordar durante el resto del año a la Virgen de los Remedios.

Además, los responsables de la hermandad destacaron la gran respuesta que tuvo el concierto que interpretó el Trío Dharma con sones de clarinete, violonchelo y piano en el templo de Rocamador en la noche del sábado. Los intérpretes tocaron piezas clásicas, como ya sucediera en ocasiones anteriores.