La Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía ha habilitado una nueva línea de indemnizaciones para los agricultores y empresarios del sector de la madera afectados por el nematodo de la madera del pino, principalmente en la zona de Sierra de Gata y Valle del Alagón que se vieron afectados por el brote fitosanitario de la Sierra de Dios Padre a finales del 2008.

Los agricultores y empresarios de la madera que han adoptado esas medidas fitosanitarias para la erradicación y control del nematodo de la madera del pino disponen de un mes de plazo para presentar ante la Junta de Extremadura las peticiones de indemnizaciones derivadas de la ejecución de dichas acciones.

El nematodo de la madera del pino es un organismo de cuarentena que ocasiona la muerte de los árboles de las especies de coníferas sensibles y provoca importantes pérdidas económicas en sus producciones. En el otoño del año 2008 se confirmó la presencia del organismo nocivo en la muestra de extracto de virutas de un árbol de la especie Pinus pinaster ubicado en el monte público del término municipal de Villanueva de la Sierra.

Al detectarse la presencia del patógeno fue necesaria la intervención de la Administración regional y entonces el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura aprobó el Decreto 268/2009 por el que se adoptaban medidas fitosanitarias para la erradicación y control del nematodo de la madera del pino.

El Decreto también regula las indemnizaciones derivadas de la adopción de estas medidas y se dictan sus normas de aplicación para el año 2009 en la Comunidad Autónoma de Extremadura. Debido a que la administración ha seguido adoptando estas medidas fitosanitarias de salvaguarda y de acuerdo con el "Plan de Acción Nacional para el control del nematodo de la madera del pino" se abre esta nueva línea de ayudas que cuentan con un importe global de 90.000 euros.

Los afectados deberán indicar en la solicitud los gastos de prospección, tala y destrucción del arbolado, material vegetal y maderas, también la plantación o madera afectada destruida, los gastos derivados de la desinfección de tocones, almacenes, cámaras, aperos u otros objetos, así como los gastos de restauración y protección del terreno frente a la erosión y restauración de accesos, también deberán indicar el importe del tratamiento térmico denominado NIMF.15 en las empresas autorizadas.

Dos años después de que el nematodo de la madera del pino llegase a Sierra de Gata la situación ahora se encuentra bajo control, aunque desde el sector forestal no han bajado la la guardia y por ello continúan las inspecciones y controles por parte del Seprona.

La comarca de Sierra de Gata es una de las dos zonas demarcadas por este foco infeccioso desde que se detectó su presencia en el año 2009. La otra zona afectada, también es limítrofe con Portugal y se encuentra en Pontevedra (Galicia).

Este gusano provocó la tala de 2.000 hectáreas de pinos para erradicar el brote infeccioso. Aunque desde Aeefor, la Asociación Extremeña de Empresas Forestales considera que la situación está controlada pero no existe una seguridad total y no se descarta que esta situación vuelva a producirse, según apuntó su presidente Francisco Castañares.

Después de la tala de los pinos afectados, se procedió a la reforestación de la zona con coníferas más resistentes a esta infección, en este sentido, Castañares considera que la administración actuó correctamente para parar el brote infeccioso.

Los trabajos de erradicación en las hectáreas afectadas por la enfermedad del gusano del pino en la Sierra de Gata le costaron a la Junta 2.478.000 euros. La operación consistía en talar los árboles afectados y regenerar la zona.

Los trabajos de erradicación los desarrolló la Administración regional y conllevaba la tala de árboles, el tratamiento de tocones y la regeneración pendiente, así como la muestra de árboles talados y la prospección adicional de plantas sensibles situadas en una franja de 100 metros. Entonces fue necesario inspeccionar los viveros forestales, las serrerías y las fábricas de palets con la toma de muestras para evitar la circulación de madera afectada y que el material se adecuase a la normativa. Unas inspecciones que continúan de manera periódica.