El consejero de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía, José Antonio Echávarri, ha visitado las instalaciones del Centro Operativo Regional del Plan INFOEX, en Cáceres. Durante su visita el consejero ha conocido de primera mano el método de trabajo de los técnicos del INFOEX y ha mostrado su respaldo y el del presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, a la labor que vienen realizando en los últimos años en la lucha contra los incendios forestales.

Asimismo José Antonio Echávarri -que ha mantenido una reunión con el jefe de servicios del INFOEX, los cuatro coordinadores regionales del mismo y el director general en funciones del Medio Natural, Guillermo Crespo- les ha trasladado su apoyo por el trabajo que han desarrollado ante los últimos incendios declarados en la comunidad autónoma.

Tanto el consejero como los responsables del Plan INFOEX han coincidido en la necesidad de incidir en la prevención como principal herramienta en la lucha contra los incendios forestales.

Por eso, y ante la proliferación de incendios en las últimas fechas, han querido recordar a la población varias de las normas elementales para evitar esta situaciones: no encender hogueras en el campo fuera de las zonas señaladas; no circular con vehículos a motor fuera de pistas y caminos; no tirar colillas encendidas desde el coche y apagar bien el cigarrillo si se fuma en el monte; no depositar la basura fuera de los lugares indicados; no quemar los restos forestales, agrícolas o basuras en épocas de riesgo como es la actual; pedir autorización para cualquier tipo de quema; y alertar a las autoridades lo más rápido posible ante la existencia de un incendio.

Tampoco conviene olvidar, han recalcado los responsables de la lucha contra incendios, las consecuencias que el fuego tiene sobre el territorio. Y es que el fuego provoca pérdida de masa forestal y de la diversidad de la vegetación en los ecosistemas; causa distintas afecciones a los animales; modifica las características del suelo; disminuyen los acuíferos y desaparecen manantiales; supone un fuerte impacto económico para los propietarios de los terrenos y los empresarios turísticos; y pone en peligro las poblaciones del entorno.