Los famosos "patablanca" de Victorino Martín han cumplido con el pronóstico y han ofrecido un encierro doble que se ha prolongado durante más de 15 minutos y ha obligado a que el último astado, que se ha negado a salir de los corrales, tenga que ser transportado en camión hasta la plaza de los toros.

La organización decidió dar por finalizado el encierro a los 17 minutos de duración, cuando aún quedaba una res en los corrales ante el malestar del público que ha abucheado y criticado esta decisión. La megafonía anunció la celebración de un tercer encierro con los mansos de escoba para intentar conducir al último novillo hasta la plaza de los toros y los pastores se disponían a controlar un tercer encierro, pero finalmente se comunicó por megafonía la decisión de que no se celebraría ese tercer festejo, por lo que como se había previsto en un principio se transportó al astado en camión.

El concejal de Seguridad Ciudadana, Rubén Blanco, ha explicado en Radio Interior la decisión de no soltar a este cuarto novillo debido a la peligrosidad que presentaba el astado arremetiendo en el corral contra todo. Por ello, se decide no celebrar el tercer festejo, para garantizar la seguridad del público presente.

Una vez más los novillos de Monteviejo que han participado en la carrera han decidido ir a su aire y desmarcarse de la manada de los cuatro mansos. De hecho, ha sido necesario celebrar dos encierros que han concluido con tres novillos en toriles, en la plaza de los Toros, y el cuarto astado en el corral.

En el primer encierro, salieron los cuatro mansos solos y detrás apareció uno de los novillos, que remató contra las talanqueras y finalmente  se dio la vuelta y regresó al corral. Un segundo patablanca, el número 47, Clientelito, salió y emprendió la carrera en solitario arremetiendo hacia las talanqueras y las paredes de los edificios del recorrido. En la Avenida Virgen de la Vega hubo un susto cuando el novillo intentó cornear un mozo que estaba subido en una valla no demasiado alta. El astado continuó el recorrido él sólo y entro en los chiqueros de la plaza de los toros. En este momento, la organización decidió volver a soltar a los mansos hasta los corrales y se celebró un desencierro para inmediatamente después soltar el segundo encierro encabezado por tres mansos, seguidos por dos novillos, y cerrados por un cuarto cabestro. Los tres novillos de Victorino han tenido un comportamiento igual en su salida, aunque en dos encierros diferentes, cambiándose de acera y arremetiendo contra el vallado de protección. Cuando ha terminado el segundo encierro habían pasado ya 15 minutos, y dos minutos después la megafonía de la organización confirmaba el fin del festejo.

El propio Victorino Martín, hijo, y los integrantes de la organización han tenido que esforzarse para introducir al novillo restante, el número 57, Granicerón, en el camión, y ha sido una tarea complicada.

El ganado de Victorino Martín llegó a los corrales de la calle Goya sobre las 11.00 horas cuando decenas de personas estaban esperando con expectación. El desembarque fue complicado y los novillos demostraron permanente su bravura. Los astados con los números 57, Granicerón, con pelaje en cárdeno y calcetero; 29, Cacharrero, también berrendo en cárdeno y calcetero; 47, Clientelito, con el pelaje berrendo en cárdeno, lucero y coletero y 55, Batanerito, también berrendo en cárdeno, lucero y coletero.

Susto en la vaquilla

El festejo de la vaca no ha estado exento de emoción. La res estuvo a punto de introducirse en la zona de la jaula cuando sacó el 90% de su cuerpo por esta zona del vallado, en los bajos de la plaza de los toros. Muchos presentes huyeron ante esa situación de peligro y finalmente los mozos consiguieron reintroducir a la res en el coso taurino y todo se quedó en una  emoción más de la mañana.